 | lunes, 25 de octubre de 2004 | Boca volvió a perder Argentinos le aplicó otro duro revés a Boca, que viene en caída libre, al superarlo por 1 a 0 en el estadio Diego Armando Maradona, dejando al técnico Miguel Brindisi muy cerca de perder su puesto y el clima interno en permanente ebullición.
Boca sumó su cuarta caída como visitante en forma consecutiva y la segunda seguida, quedó lejos de la punta y ahora tendrá que aferrarse a la tabla de salvación que le ofrece la Copa Sudamericana para no hundirse en aguas peligrosas. De hecho, jugará el miércoles en Salta frente a Cerro Porteño, de Paraguay, buscando asimilar los golpes recibidos en el certamen local y tratando de salvar la ropa de un oscuro presente.
Claro que para entonces y tal como ocurriera ayer, no contarán con su as de espadas, Carlos Tevez, que mientras sus compañeros se debatían en la impotencia dentro del pequeño estadio de La Paternal, gozaba de una inoportuna tarde de playa en las blancas arenas del mexicano balneario de Cancún.
Será por eso, quizás, que los restantes integrantes del plantel quisieron imitarlo, ya que también parecieron estar de vacaciones ante un limitado Argentinos Juniors.
Es que Boca nunca intentó ni demostró tener voluntad como para rebelarse ante la adversidad y se dejó consumir por un Argentinos muy inferior en jerarquías futbolísticas, que hizo un gol y se aferró a él con uñas y dientes, esos que le faltaron a los xeneizes para al menos arañar un empate.
Porque Argentinos, con un esquema sin rebuscamientos, venció merecidamente con el gol señalado por Facundo Pérez Castro cuando expiraba el primer tiempo.
Claro que en el arranque los visitantes habían querido más que su rival, exigiendo al arquero Marcos Gutiérrez a los 5' con Pablo Ledesma.
Pero todo esto se pareció a un espejismo que a punto estuvo de transformarse en agua cuando a los 26' Guillermo Barros Schelotto dispuso de la acción más clara para convertir de Boca en toda la tarde pero no la aprovechó.
De allí hasta el final se afirmó Argentinos y los dueños de casa se animaron a buscar con mayor fruición la valla rival, hasta que sobre el epílogo una monumental jugada enhebrada entre Leonardo Pisculichi y Pérez Castro terminó con el balón en la red.
Brindisi salió a quemar las naves en el segundo tiempo, sacando a un defensor (Morel Rodríguez) y un volante defensivo (Neri Cardozo), colocando a dos mediocampistas ofensivos: Matías Donnet y Franco Cangele. Pero estas variantes no cambiaron la historia.
Así, los dueños de casa pasaron a controlar el juego, sin verse amedrentados por la impotencia de un Boca que carece de fuego interior, de una línea de juego y ayer de su jugador más revulsivo, Carlos Tevez.
Los demás, en este momento, bien, gracias. Y el técnico Brindisi, nada. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Schiavi se resigna después del gol de Pérez Castro. | | |