Roban a mano armada 30 mil pesos en agroquímicos

Fue en una distribuidora de Cañada Rica, a 80 kilómetros de Rosario. Transportaron el botín en una camioneta

Tres individuos armados que maniataron y amordazaron al sereno de una empresa comercializadora de agroquímicos lograron alzarse con mercaderías por valor de unos 30 mil pesos. El hecho se registró en la localidad de Cañada Rica, un pueblo de poco más de 700 habitantes a unos 80 kilómetros al sur de Rosario. Los vecinos sospechan que habría un "entregador" que provee datos a delincuentes que, presuntamente, provendrían de la provincia de Buenos Aires.

Como lo hace todas las noches desde hace casi 20 meses, Victorio Darío Rodríguez, de 58 años, llegó a cumplir sus funciones de sereno en el galpón denominado El Triángulo, ubicado a la salida de la localidad y de propiedad de la empresa Acopio SRL.

Apenas habían pasado unos minutos de las 21.30 horas del miércoles y todo aparentaba estar normal. "Entré al galpón, hice unos pasos y de atrás de un carro que tenemos adentro salió un sujeto que me apuntó con un arma en la cabeza. Otro me tapó los ojos y me tiraron boca abajo entre unas bolsas", relató Rodríguez a la policía de Cañada Rica.

El cuidador estimó que al menos eran tres personas las que inmediatamente comenzaron a cargar los bidones de agroquímicos en una camioneta con ruedas traseras duales (presuntamente un Mercedes Benz 608 o una Ford 350), según se desprende de las marcas de neumáticos que quedaron fuera del galpón. Ese trabajo les demandó a los delincuentes menos de veinte minutos y, antes de emprender la fuga con rumbo desconocido, ataron a Rodríguez de pies y manos, y lo encerraron en un cuartito donde el hombre habitualmente pernoctaba, previa recomendación de que no saliera por al menos una hora.

Según uno de los propietarios de Acopio SRL, Angel Agostini, los delincuentes se alzaron con 49 bidones de Roundup, 2 bidones de Roundup Full, 48 bidones de glifosfato Atanor, 2 cajas de Roundup Mac, 11 cajas con bidones de inoculante, 40 litros de atrasina, una amoladora y un taladro, mercadería valuada en unos 30 mil pesos.

"Lamentablemente no tenemos seguro de esos productos, y tampoco sospechas sobre quién pudo haber sido. Algo que sí sabemos es que tenían muy bien estudiado los movimientos del lugar y del sereno, y los horarios, porque terminaron de llevarse las cosas antes de las 11 de la noche, cuando casi siempre pasa por el lugar un muchacho que vuelve del campo", señaló Agostini.

"Según lo que nos contó el sereno, el único que habló en todo momento fue el que lo apuntaba con el arma, pero los dos restantes no abrieron la boca", añadió el empresario que hace alrededor de dos años sufrió otro robo de agroquímicos, aunque de menor cuantía que este último.