Análisis

Usted lo vio, usted lo vio...

El equipo de Zof tiene el sello de Cuffaro

Como suelen decir los árbitros del fútbol argentino y a veces también los periodistas, que terminan armando programas enteros con este tipo de disquisiciones, este deporte tiene un reglamento y un espíritu. Muchos son reglamentaristas a ultranza y otros creen ser los más ecuánimes cuando las reglas le agregan el famoso espíritu. Nadie debería ofenderse si se dijera que el verdadero técnico de Rosario Central es Ariel Cuffaro Russo y que don Angel, con toda su sabiduría, no sólo le pone su ancha espalda sino utiliza la sintonía fina después de que el ex zaguero ubique las piezas en el lugar adecuado.

Eso es lo que se advierte en cada uno de los partidos de Central. Cuffaro ejecuta y don Angel observa. Y de tanto en tanto, el legendario técnico hace su aporte.

El hecho de que este Central no tenga el sello inconfundible de don Angel no está sólo vinculado a las necesidades, o en todo caso al aprovechamiento integral de los recursos que se tienen, sino a la forma de dirigir de Ariel Cuffaro Russo.

Desde que llegó este cuerpo técnico el equipo está claramente armado desde atrás hacia adelante. Ello bien puede ser una clara demostración de lo ya comentado. Los equipos de Zof pocas veces se caracterizaron por ser sólidos en defensa, y este Central lo es. Los planteles de don Angel casi nunca jugaron de contra, y este equipo sabe hacerlo. Aquellos años inolvidables del hombre más ganador de la historia del club sentado en el banco, se caracterizaron por tener una línea de juego inmodificable más allá del adversario. Y este Central se acomoda a las circunstancias e intenta sacar el mayor provecho de las debilidades de su rival a partir de sus virtudes.

Una prueba más y la más contundente es la ausencia de un enlace, justamente en el equipo del creador del enganche en el fútbol argentino. Sólo es un dato de la realidad. Nadie debería sentirse molesto.

La montaña humana cubre al novato goleador Marco Ruben.