| miércoles, 20 de octubre de 2004 | Breve reseña de las naves presidenciales Desde 1912, cuando comenzaron a utilizarse, las aeronaves presidenciales tuvieron estrecha relación con varios hitos políticos, desde los despegues de los helicópteros que llevaron por última vez a Isabel Perón y Fernando de la Rúa, pasando por un intento de atentado contra el dictador Jorge Videla y las visitas del Papa Juan Pablo II.
El uso de aviones y helicópteros por parte del Poder Ejecutivo se inició el 8 de septiembre de 1912 durante la inauguración de la Escuela Militar de Aviación, cuando el entonces ministro de Guerra, el general Gregorio Vélez, voló en un Farman 50 HP, piloteado por un instructor francés de nombre Marcel Paillette.
Según la página web de la Fuerza Aérea, la aeronáutica militar puso varias naves a disposición del Ejecutivo para traslados y visitas de inspección durante la primera mitad del siglo XX, pero "no existe documentación precisa" de esa época.
Recién después de la II Guerra Mundial se incorporó el primer avión adaptado para uso presidencial: el Vickers Viking LV-XFM, acondicionado especialmente en Gran Bretaña en 1948. Durante las décadas de 1940 y 1950, la Fuerza Aérea adaptó y puso a disposición de la Casa Rosada varios aparatos que cumplieron con los requerimientos presidenciales de transporte doméstico e internacional (Douglas DC-3 T-01 y DC-4 T-42).
Con la consolidación de la misión en la Casa Militar durante los 60, los aviones presidenciales adquirieron matrículas militares específicas (T-01 a T-04 y H-01 a H-02) y comenzaron a tener una participación más frecuente en la actividad de los jefes de Estado.
En ese contexto, los aviones y helicópteros protagonizaron acontecimientos históricos, tales como la primera visita presidencial a la Antártida (F.28 T-01, 10 de agosto de 1973), y el derrocamiento de María Estela Martínez de Perón (S-58DT H-02, 24 de marzo de 1976).
También fueron utilizados en el intento de atentado contra Videla (F.28 T-01, 18 de febrero de 1977); para la visita de Juan Pablo II (F.28 T-02, abril de 1987) y en la renuncia de Fernando de la Rúa. enviar nota por e-mail | | |