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 miércoles, 20 de octubre de 2004

Detenciones. Fuerzas de seguridad logran evitar otro 11-M al desarticulare una célula de Al Qaeda
Terroristas islámicos planeaban un gran atentado explosivo en España
Pensaban hacer volar la Audiencia Nacional de Madrid con 500 kilos de explosivos que obtendrían de la ETA

Madrid. - Siete meses después de la matanza de Madrid, la policía española evitó un nuevo atentado de grandes dimensiones en la capital, con la detención de ocho presuntos terroristas islámicos que querían hacer volar la Audiencia Nacional (tribunales) con más de 500 kilogramos de explosivos, según fuentes policiales.

Los arrestados, que al parecer estaban vinculados a la red Al Qaeda, tenían planes de estrellar un camión cargado de dinamita contra la sede de este importante tribunal, donde trabajan unas 300 personas y donde el juez Baltasar Garzón y otros magistrados instruyen los principales sumarios contra el terrorismo integrista en España, informaron ayer fuentes de la investigación.

La presunta célula terrorista, desarticulada en un operativo policial ordenado precisamente por Garzón, estaba aparentemente dirigida por un argelino que desde hace un mes está preso en Suiza por delitos comunes y que previamente había estado en España. En las viviendas registradas por la policía, los agentes hallaron "manuales para el martirio" y sobre la Jihad (guerra santa), lo que hace pensar que pensaban perpetrar un atentado suicida.

Las detenciones se produjeron en las ciudades de Almería, Málaga, Valencia Pamplona y Madrid y los arrestados, en su mayoría argelinos y marroquíes, son musulmanes con antecedentes también por delitos comunes y que estaban relacionados entre sí por haber estado juntos en prisiones españolas.

Según la policía, los detenidos formaban parte de una estructura bajo las directrices de un líder y harían mantenido numerosos contactos con otros activistas en distintos países europeos, EEUU y Australia.

Las detenciones se produjeron apenas siete meses después de los atentados perpetrados por terroristas islámicos contra cuatro trenes de cercanías, el 11 de marzo en Madrid.

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, señaló que la célula no tenía todavía en su poder los explosivos para perpetrar un atentado, ya que en los registros practicados no se hallaron ni armas ni explosivos. Alonso eludió confirmar o desmentir versiones de la prensa según las cuales los detenidos intentaron obtener los explosivos del grupo armado vasco ETA y se limitó a decir que "las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y los jueces se conducen con datos objetivos".

De acuerdo con el diario El Mundo, un agente doble de los servicios marroquíes y españoles, que ha sido declarado testigo protegido por el juez Garzón, fue el que desveló la trama e informó que los terroristas detenidos pretendían comprar la dinamita a ETA.


Preparativos para el golpe
Además, los policías encargados de la investigación detectaron conversaciones entre los arrestados en las que se hacía referencia al intento de preparación de un gran atentado con explosivos.

El citado testigo habría afirmado que para poder conseguir los explosivos, los detenidos ya habían entrado en contacto con presos de ETA para que fueran ellos los que, o bien les proporcionaran la dinamita, o les pusieran en contacto con aquéllos que tenían acceso a ella. En concreto, los radicales islámicos mantuvieron contactos con el etarra Juan José Rego Vidal, que se encuentra encarcelado por el intento de atentado contra el rey Juan Carlos en 1995, según el rotativo.

La vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, subrayó que esta operación pone de manifiesto que las fuerzas de seguridad del Estado y los jueces "están muy alerta" en la lucha contra un terrorismo que "no tiene causas ni origen" y que "actúa siempre que puede". (DPA) Tras la detención de los ocho terroristas islámicos, la policía española arrestó como cómplices a varios integristas que ya cumplen condena en distintas cárceles del país. (DPA)

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