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 lunes, 18 de octubre de 2004

Patovicas lo echan de una discoteca a los golpes
Fue en 9 de Julio al 800 y la víctima fue internada. En otro caso robaron al encargado del boliche y quemaron una moto

Además del feroz desbande producido en un boliche de la zona ribereña norte, la noche rosarina registró otros dos episodios violentos que tuvieron como escenarios confiterías bailables. En uno de ellos, un hombre de 30 años fue brutalmente golpeado por dos custodios de una discoteca que de esa forma pretendieron echarlo. El otro episodio ocurrió en el microcentro cuando un grupo de muchachos atacó a trompadas al encargado del local y le robaron el reloj. Por ese suceso fue detenido un muchacho de 20 años.

El primero de los hechos ocurrió cerca de las 3 en el boliche Lázaro, ubicado en 9 de Julio al 800. A esa hora, Luis Ledesma estaba en la discoteca cuando dos vigiladores decidieron echarlo del local por motivos que no fueron precisados. Al parecer, varios puñetes asestados por los custodios dieron de lleno en su cuerpo y el hombre, a duras penas, pudo caminar las dos cuadras que lo separaban de la seccional 1ª de Juan Manuel de Rosas al 1300.

Allí alcanzó a balbucear algunas palabras y enseguida cayó desplomado en la sala de guardia. Tenía traumatismos en todo el cuerpo y una ambulancia del Sies lo trasladó al Heca. En el centro asistencial los médicos lo atendieron y, después de las curaciones de rigor, le dieron el alta.

El otro hecho se registró en la vereda de Oxa, local situado en Maipú 862. Cerca de las 5, un grupo de jóvenes que salían cuando la confitería estaba por cerrar sus puertas golpeó al encargado del local, Maximiliano Aydar, de 30 años. "Le pegaron trompadas para robarle el reloj", explicó una fuente policial.

Los muchachos escaparon casi al mismo tiempo que, al parecer, otro grupo de jóvenes prendían fuego a una moto Honda 200 que estaba estacionada en la vereda y pertenecía a Mauricio Acosta, un joven de 27 años cliente del boliche.

Poco después, una patrulla de la Brigada Urbana recorrió la barriada y atrapó a uno de los muchachos que había atacado a Aydar. Se trata de José Colazo, a quien detuvieron cuando caminaba por Buenos Aires al 1100 y llevaba el reloj que le habían sustraído al encargado de Oxa.

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