Al Tolo no le tembló el pulso para decidir

El entrenador mandó al banco al Burrito Ariel Ortega

Parece que el Tolo tiene pocas pulgas. Cuando algo no le gusta mete mano y chau. No se casa con nadie. No importa cómo se llame. Si no que lo diga Ariel Ortega, quien anoche contra cualquier lógica, ocupó un lugar en el banco de suplentes e ingreso en el minuto 61 por Ignacio Scocco. El alerta lo había planteado el mismo Gallego el día anterior a la salida del entrenamiento en Independiente cuando un colega lo consultó sobre las bondades del Burrito para vulnerar la defensa cerrada de Arsenal. Ahí fue cuando el DT sembró dudas sobre la presencia de Ariel como titular, algo que en primera instancia había parecido más una chicana para el DT local que una posibilidad cierta. Sin embargo, ayer y ante la incredulidad de todos lo concretó.

"La idea es que jueguen los que mejor estén", dijo una fuente del cuerpo técnico en el mediodía de ayer en un primer contacto con Ovacion cuando todavía no estaban confirmados los once, pero dando a entender que todavía le falta ritmo de competencia al Burrito. Otra fuente del plantel dejó sentado que el ex River estaba apto para jugar. De todos modos, en la semana el DT entregó varias pautas de esta situación, pero casi nadie tomó en consideración la posibilidad de que el Burrito quedase afuera.

La primera punta apareció el martes cuando el jujeño hizo un solo tiempo en el ensayo de fútbol y se retiró de Bella Vista antes y bastante contrariado. Pese a que en algún momento se supuso que tenía que ver con el estado fangoso del campo de juego esta posibilidad fue descartada de plano por allegados al cuerpo técnico.

La cosa siguió el miércoles cuando no participó del entrenamiento de pelota parada, donde habitualmente el Tolo ubica a los titulares. Sin embargo, y contrariando un poco esa situación, el jueves, en Buenos Aires, fue, junto a Capria y Marino uno de los ejecutantes de los penales en el entrenamiento.

Toda esta movida lo hizo empezar a reflexionar al Burrito desde el miércoles que podía quedar al margen de los once. Una situación que como es lógico lo tuvo un poco fastidioso pero él sabe que se la tiene que bancar y que es el costo que tiene que pagar por alguna situación que quedó en la intimidad del plantel y que todavía no tomó estado público.

Una muestra del fastidio del Burrito, no obstante, se evidenció cuando todo el grupo, salvo él, salió a realizar los ejercicios precompetitivos. Tampoco estaban allí Gallego y su ayudante Angel Bernuncio, quienes no sería extraño que hayan estado hablando de esta situación en el vestuario. ¿Estrategia, enorme confianza en los pibes o un llamado de atención para Ortega? O una medida ejemplificadora para todo el plantel demostrando que nadie tiene el lugar asegurado. Lo concreto es que al Tolo no le tembló el pulso para dejar en el banco a su jugador más mimado: Ariel Ortega.