 | lunes, 11 de octubre de 2004 |  | [email protected]
-Hay unas cartas, Candi, que quisiera leer. La primera de ellas es de Marcelo y dice así: "Estimado Candi: la sociedad argentina se halla sumida en una profunda crisis de valores y ha instaurado la fragmentación o división entre aquellos que alcanzan elevados niveles educativos y quienes presentan acotadas posibilidades de progreso. Los más desposeídos son desechados, excluidos de ciertas oportunidades, discriminados por ciudadanos que afortunadamente conservan lugares de privilegio. Es penoso y vergonzoso admitir esta realidad, pero está a la vista de todos. Los valores humanos vienen sufriendo un notable desinterés, ya no importa tanto aquel que obra con buenas intenciones, que demuestra honestidad y exhibe transparencia en sus actitudes. La persona adinerada es mejor considerada. Los sectores sociales marginados, desempleados, se sienten discriminados. La sociedad ya no repara a los más débiles, los repudia. Concretamente, ese accionar debe entenderse no sólo como una falta de respeto a los semejantes, también como una forma de insensibilidad y discriminación. Sin más, me despido con un saludo cordial. Marcelo".
-Lo que dice Marcelo es cierto, pero con arreglo a decir que hay muchos que alcanzan elevados niveles educativos y de igual manera son discriminados. No obstante, y aún cuando hay una brecha que separa brutalmente, es absolutamente indispensable no ceder ante esta realidad, no darse por vencidos, no resignarse. No hay que olvidar que hay personas buenas y añadiría que la mayor parte de la humanidad es esencialmente buena, pero sojuzgada por un poder que ha hecho y hace de las suyas y para los suyos. Es muy cierto también que este accionar "virósico" y letal ha contagiado a muchos seres, pero con todo es menester, imprescindible y urgente no cejar en la tarea de luchar por los principios de justicia y paz.
-Otra carta, está vinculada con el tema de la prostitución que tratamos hace unos días a propósito de una carta del licenciado Presello. La envía el ingeniero Gómez. La leo: "Realmente me atrapó la lectura de la carta del licenciado Angel Presello, a la que usted le dedicó dos días de su columna. Mis dudas aparecieron cuando en los noticieros aparecieron los piqueteros con palos y las caras tapadas y luego cuando a mi mente llegó la palabra "jinetera", nombre que creo que se les da a las prostitutas en La Habana y lo relacioné con el neoliberalismo practicado por Fidel Castro durante más de cuarenta años. Estoy casi seguro que no publicará lo que le estoy diciendo pues así ha sido ya en otras oportunidades. Lo felicito por mencionar la frase de Santiago Ramón y Cajal: "Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia". Tal vez también se podría interpretar pensando que nuestros problemas no tienen una sola causa, y menos todavía atribuirlos a esa sola causa, además, posterior al problema, aunque en el momento parezca políticamente correcto. Le saluda atentamente. Raúl S. Gómez".
-En la medida de lo posible aquí se publican todas las inquietudes. Creo, si no me equivoco, que hemos publicado hace tiempo algunas cartas enviadas por el señor Gómez. De no ser así, seguramente no habremos recibido los mails. Ahora bien, el señor Gómez habla de piqueteros, jineteras y el "neoliberalismo" de Fidel Castro. En este aspecto voy a decir algo y voy a ser coherente con lo que siempre hemos sostenido: No comparto, Inocencio, la metodología violenta como forma de establecer protestas ni como método de arribar al poder. Pero como bien dice el refrán popular: "La culpa no la tiene el chancho sino el que le da de comer". Si el poder a lo largo de la historia (sea este conservador, liberal, neoliberal, progresista, socialista, comunista o del signo que fuere) se hubiera ocupado de enaltecer la dignidad del hombre no habría reclamos o al menos no serían reclamos violentos y multitudinarios. Me pregunto: ¿qué otra cosa se puede esperar en un país en donde más de 45 por ciento de los seres humanos vive en la indigencia y sólo un minúsculo grupo vive y colea? ¿O vamos a culpar sólo a los piqueteros? ¿Y quiénes los fecundaron? ¿No habrá sido el poder de turno con políticas nefastas? En cuanto a Fidel y sus jineteras o prostitutas cubanas son el efecto de la miseria por un lado y la vacuidad moral por otro que campean en todas partes, especialmente en los países empobrecidos.
Candi II | | |  |