"Está en juego su salud mental, ya que es muy chico"

Macchi habló de la situación del pibe

El vicepresidente de River Plate, Julio Macchi, advirtió ayer que en caso de que el chico Erik Lamela vaya a jugar a Barcelona estará "en juego su salud mental, ya que es muy pequeño para compartir una concentración con juveniles de otras latitudes y otras costumbres".

"Creo que los padres del chico lo van a embarcar en una aventura que, generalmente, no termina bien, porque va a quedar manchado por una actitud desleal", alertó el dirigente ante la actitud de Barcelona de llevarse al joven jugador sin el consentimiento de River.

Si Lamela llega a las inferiores del club catalán podría estar dos años sin jugar, ya que está inscripto por River. Sin embargo, y en virtud del uso del derecho de la "patria potestad", por ser menor de edad, sus padres pueden llevarlo a jugar donde quieran.

Macchi, quien deslizó que River podría presentar un reclamo ante la Fifa, insistió en que "esto es una deslealtad ante el club que está educando y guiando al chico".


Un peligro latente
A su vez, el dirigente dijo que "el caso está en conocimiento de la AFA, que a su vez pondrá en conocimiento a la Real Federación Española de Fútbol". "Este hecho puede dar comienzo a un mercantilismo feroz dentro del fútbol y con chicos con los que hay que ser muy cuidadosos. La patria potestad no autoriza a hacer lo que uno quiere con los chicos", se quejó Macchi.

El vicepresidente de River fue más allá al opinar que "sacar al chico de un ambiente como River, donde se lo guía y educa, a un ambiente donde va a extrañar, conviviendo con jóvenes de todo el mundo, de otras latitudes, de otras costumbres, va a poner en peligro la salud mental de la criatura".