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 viernes, 10 de septiembre de 2004

Lo que dejó la fiesta en la que el cantante evocó su debut solista en El Círculo
Fito Páez: pantallazos de un show que no volverá
El rosarino se emocionó con Spinetta, disfrutó con Baglietto y se empachó con el afecto de la gente

Pedro Squillaci / La Capital

Más rosarino que nunca. Así se siente Fito por estos días. Lo dijo en un reportaje publicado el pasado 8 de agosto en este diario: "Es lindo estar yendo con tu ciudad por el mundo, me da mucho orgullo". Y en el festejo de sus 20 años de su debut en El Círculo, ya que en la música debutó mucho antes, ratificó esas palabras. Cuando habló con su gente, Fito parecía el Negro Olmedo, se le notaba al expresarse, al reírse de sí mismo, al defender la localía casi a ultranza. A tres días del show, queda la sensación de un momento irrepetible, un espectáculo de tres horas y media, un repertorio de más de cuarenta canciones, un teatro colmado en un martes frío, esquivando las obras del tan mentado Congreso de la Lengua. Todo sumó para un show que tuvo un carácter celebratorio y como en toda fiestita -pese a que faltó la torta- no podían estar ausentes los amigos. Los de ayer, los de hoy y de siempre. Y esos fueron los que engalanaron la noche, y dejaron que su música sea parte del aire.

El más prestigioso fue Luis Spinetta, qué duda cabe. Se brindaron mutuos elogios toda la noche. Páez lo miraba embelesado en "Bello abril", y hasta se permitió cambiarle la letra, dedicada originalmente para Dolores Fonzi. "Sos tan hermoso que jamás vas a dejar de brillar así, aquí o allá", le cantó, casi como en una declaración de amor. Para Fito fue muy fuerte estar tocando "Me gusta ese tajo" y "Despiértate, nena" junto al Flaco. Eran las mismas canciones que escuchaba en su desvencijado tocadiscos de la casa de calle Balcarce. Y ahora lo tenía ahí, con algunas canas más, pero parado como un par sobre las tablas.

Pero también estuvo Baglietto. "Este tema Juan lo cantaba en el mismo tono que hace 20 años", dijo al referirse a "Actuar para vivir", donde también se lució Rubén Goldín, una de las voces más exquisitas salidas de la ciudad. La Negra Herrero se lució en una versión jazzeada de "Yo vengo a ofrecer mi corazón", Fabi Cantilo combinó ternura con desparpajo en "Nada es para siempre", Claudia Puyó cantó a lo Janis Joplin en "El amor después del amor" y Claudio Cardone seguía desparramando oficio en sus teclados.

La legión Páez no faltó a la cita. Desde el histórico Fabián Gallardo, que le aportó la fuerza y calidez necesaria a "Track, track", hasta Coki Debernardis, que mostró carácter y actitud rocker en "Canción de amor mientras tanto". Vandera y Aloras tuvieron su momento solista y cumplieron, aunque Gonzalo demostró que ya tiene su grupo de fans, chiquito, como Fito cuando empezó.

El final tuvo esa cosa emotiva, que sólo puede existir cuando hay una corriente de sentimiento real, sin poses ni máscaras, entre el artista y el público. Pero hay que admitir que ese momento mágico se puede dar si lo que pasa arriba del escenario reboza pureza. Las miradas cómplices de Baglietto con Páez rememoraban el espíritu de las travesuras de dos chicos de la secundaria, y el abrazo de Fito con Goldín cuando se caía el telón reveló el afecto de dos tipos que se quieren de verdad, aunque se vean de vez en cuando.

Cuando todos (sí, todos) los invitados cantaron "La vida es una moneda" fue ese instante en que al espectador se le puso la piel de gallina. Aunque el Flaco no supiera bien la canción, aunque todos se preguntasen quién era la infartante chica de rojo (Laura Casarino, ex corista de Los Twist), y aunque las voces se amontonaran desordenadamente. No importaba demasiado. El final con todos los músicos abrazados y Fito timoneando la batuta en el saludo de despedida dio esa imagen de misión cumplida, placentera, con la transpiración que se disfruta porque las cosas salieron bien.

Abajo y en el paraíso estaban los amigos de la Dante Alighieri, los que tocaban con Fito en el fondo de la zapatería Murias, los que peinan canas y ya son padres o en camino a serlo, también los nuevos fans, y Romina Ricci, la tía Charito, el empresario Alan Faena, y hasta Chiquito Reyes. Mezcla de barrio y glamour. Gente a la que la vida le pegó, bien o mal, pero que sigue amando la música que sale del corazón. Como Fito.

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El dueto de Fito y Baglietto se lució en "Actuar para vivir".

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