Tiro Federal empató en Jujuy

Elbio Evangeliste / La Capital

A veces ciertas circunstancias cambian los pareceres. Aquello que se imaginaba como una chance ideal para encaramarse en la punta sufrió un giro de 180 grados en el semblante de todo Tiro Federal. 90 minutos de fútbol sirvieron para olvidarse de que la premisa era ganar y para celebrar un empate como el que los tigres rescataron en la Tacita de Plata. Se trató de un punto importantísimo. Clave. Y a no dudar. Porque aquel que se atreva a poner en tela de juicio esto seguramente habrá hecho una lectura equivocada de la realidad. Un rendimiento que, desde lo futbolístico, dejó mucho que desear, y una gran inoperancia de los delanteros locales a la hora de definir hablan a las claras de la importancia del 1 a 1 ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Para más claridad sólo basta con enumerar las situaciones que tuvo Tiro para convertir. A saber: un mano a mano a mano de Vacaría tras un grosero error de Berza que terminó con un remate a las nubes en el primer tiempo y una muy buena jugada colectiva (en el complemento) que terminó en el gol de Ramírez. Nada más. Claro que si Gimnasia no hubiese tenido ninguna a su favor este análisis no tendría sustento. Pero no fue así. Porque el lobo contó con no menos de seis propicias para el festejo y que por un par de buenas intervenciones de Del Vecchio (estuvo muy flojo a la hora de salir) y una gran falta de puntería lo privaron de la alegría total.

Sólo a cuentagotas Tiro tuvo fútbol. Apenas unos minutos en el primer tiempo, cuando Romano se tiró unos metros hacia el centro y entró más en contacto con la pelota y un ratito al comienzo del complemento tras el tempranero gol de Ramírez los tirolenses pudieron imponer su juego. El resto: un partido trabado, mal jugado (mucho tuvieron que ver los 35 grados de temperatura) y con un Gimnasia que sacó provecho, hasta donde pudo, de la floja actuación de mitad de cancha hacia atrás del equipo del Chaucha Bianco, justamente la mejor arma que había mostrado en las tres primeras fechas. Por eso los 30 minutos de sufrimiento que fueron desde el gol de Juárez hasta el pitazo final del limitado Federico Beligoy trocaron en un conformismo generalizado.

Para corregir, muchas cosas. Pero la alegría del punto fue evidente. Si antes del partido se pensaba sólo en sumar de a tres y después del mismo la sensación fue gratificante. Para qué mayores aclaraciones. Fue sólo un punto, pero que, por varias circunstancias, merece ser festejado.

Miguel Abrigo rechaza un centro que llegó al área tirolense.