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 lunes, 06 de septiembre de 2004

Los argentinos queremos el éxito

Si sabemos que la línea que separa el fracaso del éxito es la elaboración de un buen plan y un buen proyecto, nos tenemos que poner a pensar cuáles son los planes que están puestos en funcionamiento para llevarnos al éxito. Al fracaso se llega fácil. Para el éxito se necesita un plan, disciplina, trabajo, constancia, honestidad, y muchas veces sacrificio. Eso es fácil de verlo en el deporte. Los que lograron las medallas de oro en los Juegos Olímpicos no lo hicieron mirando cómo la vida les pasaba por el televisor. Tuvieron que tener un plan y llevarlo a cabo. Necesitaron de mucho esfuerzo y disciplina. Tuvieron que tener buenos dirigentes que les hicieran lograr el éxito mediante ese objetivo. Pero qué escuchamos y vemos del accionar de nuestros dirigentes políticos. Distintas formas de despotricar, distintas chicanas, diferentes formas de presión, soluciones inmediatas, circunstanciales, paliativos, asistencialismos que conforman un caos generalizado que nos lleva a estar en permanente estado de disconformismo, con muy baja autoestima como país (los argentinos somos esto, los argentinos somos aquellos, los argentinos somos así o ¿qué podés esperar de los argentinos?). Eso no nos lleva a ninguna parte. ¿Ustedes piensan que si esos deportistas hubieran llevado esa cruz que tenemos todos los días hubieran podido tener éxito? ¿Quiénes somos los argentinos? ¿Qué demandamos para cambiar la falta de previsibilidad, de planes, de proyectos? Discutimos si debemos reprimir o no a los piqueteros. Discutimos si hay que darles o no planes de asistencia social a tanta gente. Si alguien intenta buscar soluciones alternativas a las que se presentan, se los descalifica, se los etiqueta (de izquierda o de derecha, según como venga el viento). En vez de escuchar objetivamente, de llamarlos para dialogar o de refutarles los argumentos con otros argumentos mostrando que están dispuestos a debatir para encontrar los caminos que nos allanen la salida para vivir en una patria mejor se hacen trampas en las reglas de juego. Se practica la descalificación como un deporte, por mezquindades o defensas de sus quintitas, en vez del discurso constructivo. Necesitamos gente que cambie las formas de hacer política, que programe. Necesitamos gente que tenga vergüenza ajena y que no permita que en sus partidos haya Okupas que se han adueñado de los lugares donde se deben tomar decisiones, hacer planes, proyectar para tener éxito y los utilicen en provecho propio. Necesitamos gente generosa que ayude a programar nuestro futuro porque un pueblo que no puede programar es un pueblo deprimido, encerrado en su propia desgracia. Necesitamos políticos que no sean prepotentes y que contemplen los requerimientos de la minoría, porque eso es democracia. Nosotros, los ciudadanos comunes, tenemos que empezar a pensar en disciplinarnos, a tener conciencia política y a conocer nuestros derechos y obligaciones, para poder convivir en armonía. Y nuestros dirigentes tienen que sacarnos de este atolladero.

Stella Maris Coniglio, DNI 5.448.673



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