| viernes, 20 de agosto de 2004 | Comenzó la batalla final por el control de la ciudad shiíta de Nayaf El jueves había aceptado en principio el desarme, pero ayer se retractó. Anoche se desarrollaban fuertes combates Nayaf/Bagdad. - Una batalla a gran escala se desarrollaba anoche en la ciudad de Nayaf, donde se pudieron escuchar al menos 10 potentes explosiones, así como el continuo sonido de ametralladoras y morteros. Todo indicaba que era el tan anunciado "asalto final", contra los milicianos del clérigo shiíta Moqtada Al Sadr, luego de un día de choques armados y un "último llamado" a que depusieran las armas. Al Sadr convocó anoche a sus seguidores a entregar a los sabios religiosos de Nayaf la llave del mausoleo del imán Alí, la mezquita donde se atrincheran. Esto, sin embargo, no significa aceptar el desarme de los milicianos ni su salida del templo.
En la mezquita se atrincheran centenares o tal vez miles de milicianos de Al Sadr, quienes combatieron durante toda la jornada con fuerzas estadounidenses y del gobierno iraquí.
El representante de Al Sadr en la ciudad de Nasiriya, Aws al Jafayi, explicó que las llaves de la mezquita serán entregadas a los representantes del gran ayatolá Alí Sistani, la autoridad más prestigiosa del shiísmo, quien se encuentra actualmente en Londres convaleciendo de una operación de corazón. El representante de Al Sadr también aseguró que el clérigo radical afirmó en un mensaje a sus seguidores que se opone a la disolución de la milicia que dirige, el Ejército de Mahdi, tal como exige el gobierno iraquí.
Los combates continuaban anoche en Nayaf entre la milicia rebelde y las fuerzas estadounidenses e iraquíes. Se escucharon al menos diez enormes explosiones cerca de la mezquita y del antiguo cementerio, en el casco antiguo de la ciudad. Aviones artillados AC-130 atacaron repetidamente posiciones de la milicia en los alrededores de la mezquita. Destellos naranja y relámpagos iluminaban el cielo de Nayaf y una gran nube de humo se elevaba del antiguo cementerio, otro punto de resistencia de los rebeldes. Vehículos armados parecían dirigirse a esa zona, donde se escuchaban ametralladoras pesadas.
Ataque en Basora En tanto, en la ciudad de Basora, en el sur del país, insurgentes dispararon con lanzagranadas contra el predio de una compañía petrolera estatal, tras lo cual se desató un gran incendio en el edificio. Sin embargo, el envío de petróleo no habría sido afectado. Mientras, en la capital iraquí, Bagdad, impactó en la noche de ayer una granada de mortero en las instalaciones de la embajada estadounidense. Dos personas murieron en el ataque.
Pero el epicentro del conflicto era sin dudas Nayaf, la ciudad más sagrada para el shiísmo, no sólo iraquí. Precisamente el mausoleo del Imán Alí es el lugar que otorga a la ciudad esta sacralidad máxima.
Un enviado de la cadena CNN, junto a otros periodistas, logró entrar ayer en el santuario y describir lo que ocurría en el lugar y sus alrededores. Luego de pasar a través de una muralla de tanques estadounidenses y tropas regulares iraquíes, los periodistas lograron ingresar en el complejo, donde fueron recibidos con ovaciones por los milicianos de Al Sadr. El enviado de la CNN narró que entre 100 y 150 metros de la avenida que da a la mezquita están totalmente destruidos. "Es un lugar fantasmal", aseguró. Dentro del templo no sólo hay guerrilleros de Al Sadr sino también algunas mujeres e incluso niños, según el periodista. También observó asistencia médica. El sonido del combate era continuo. "Aquí se pueden oír constantemente armas, cohetes, granadas y fuego de morteros. La mezquita parece estar bien, sólo se ven daños menores en dos pilares, nada serio", estimó el periodista de CNN.
Durante el día el primer ministro, Ayad Allawi, hizo un "último llamado" a Al Sadr para que sus fuerzas se desarmaran y abandonaran la mezquita de Alí. "Definitivamente no permitiremos que sigan las milicias", advirtió Allawi. "Este es el llamado final para que ellos se desarmen".
El miércoles, el gobierno interino iraquí había saludado un comunicado de Al Sadr en el que mostraba disposición a negociar. Pero posteriormente Al Sadr dijo no aceptar las condiciones exigidas por Allawi y los combates estallaron nuevamente con furia. "Nosotros dejamos la puerta abierta", destacó ayer el primer ministro, pero manteniendo el planteo de desarme y abandono del complejo religioso, que cuenta con el apoyo de la Conferencia Nacional, un encuentro de un millar de dirigentes iraquíes reunido en Bagdad. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Milicianos de Al Sadr en la enorme mezquita de Alí. | | |