| Moyá sobrevive a un partido para el infarto Calor y sufrimiento hasta el final, pero con recompensa: cuando el sueño olímpico de Carlos Moyá parecía esfumarse, el español reaccionó para avanzar a la segunda ronda de Atenas 2004 y mantener vivo su sueño olímpico.
"Fue todo muy extraño, cualquiera podría haber ganado este partido", confesó Moyá con las huellas de la batalla de tres horas visibles en el rostro.
El ex número uno del mundo se impuso al sueco Thomas Enqvist por 7-6 (10-8), 6-7 (7-9) y 9-7 en una mañana endiablada. El viento jamás dejó de soplar en Atenas, arrastrando polvo y calor para convertir los partidos en un acertijo.
"Viento fuerte, pista rapidísima... Estaba todo dado para que las cosas me salieran mal, para que se me fuera la cabeza", resumió Moyá, que levantó un match point en el set final, además de recuperarse de una desventaja de 3-5 en ese parcial.
Todo fue extraño en la cancha central. El tie break del primer set, que ganaba Moyá por un cómodo 6-1, terminó siendo una agonía. Estuvo set point abajo con 6-7, para finalmente ganar 10-8.
Peor fue en el segundo: Moyá dispuso de dos match points que no pudo concretar, y Enqvist se llevó el tie break por 9-7 en la primera oportunidad de que dispuso.
Los augurios no eran buenos ya que, de ocho enfrentamientos con el sueco, el español había perdido seis, y sus dos victorias habían sido en arcilla.
Y esos malos antecedentes parecieron confirmarse cuando Enqvist quebró para 5-3 y dispuso de su servicio para liquidar el partido. Fue entonces cuando reaccionó Moyá.
"Intenté sobrevivir, correr mucho y poner la bola dentro", recordó. La fórmula resultó, porque Enqvist no pudo aprovechar la ventaja, ni siquiera cuando con Moyá sacando 6-7 dispuso de su primer y único match point.
Una derecha ancha de Enqvist tras dos horas y 59 minutos cerró el partido, y amplió la estadía de Moyá en los Juegos Olímpicos, una experiencia que está disfrutando y que vive por primera vez.
"Lo diferente en este torneo es todo lo que nos rodea, poder compartir los días con deportistas de todo el mundo".
Acostumbrado a las comodidades del tenis -hoteles cinco estrellas, autos de lujo a su disposición y restaurantes de primer nivel-, Moyá dice sin embargo no estar extrañando esa vida.
"Es cierto que uno prefiere lo que vive normalmente, pero compartir el apartamento y viajar en autobus al torneo te trae las sensaciones de hace años, cuando jugabas torneos pequeños".
El español ríe cuando describe el lugar en que vive. "Es un apartamento pequeño, para cuatro, no hay ni siquiera un sofá. Yo compartó la habitación con Feliciano (López), y lo estamos pasando bien".
A menos que su carrera se prolongue en el gran nivel hasta los 31 años, es probable que Moyá no viva los Juegos de Pekín 2008. Por eso está intentando aprovechar Atenas 2004 al máximo.
"Estamos casi siempre con los basquetbolistas y los tenistas. Quisiera ver las competiciones de básquet, waterpolo y gimnasia. Creo que estos Juegos son una ocasión única para mí". (DPA) enviar nota por e-mail | | Fotos |  | Moya tuvo que luchar contra Enqvist y la tormenta de viento y polvo. (Foto: Reuters) | | |