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 domingo, 15 de agosto de 2004

Reapareció una banda de mujeres que sustrajo al menos seis locales de Internet
Otro ciber arrasado por "las chicas"
Robaron cinco equipos que no aparecieron. Un par de clientes siguieron en moto a dos de la gavilla, que cayeron

Dos mujeres de nacionalidad peruana, una de ellas embarazada de siete meses, fueron arrestadas acusadas de formar parte de una banda que se robó cinco computadoras de un cibercafé de Mendoza 2017 el viernes a la noche. Las sospechosas quedaron detenidas gracias a la rápida reacción del dueño del negocio, que detectó la maniobra, y de un par de clientes, que fueron en moto tras las mujeres cuando trataban de escapar por la calle. Ellas primero caminaron, luego abordaron un taxi y luego volvieron a caminar, observadas durante todo el tramo por dos testigos que iban en dos ruedas y les pasaban los datos a la policía por celular. Finalmente, las chicas fueron alcanzadas cuando estaban en la esquina de Mendoza y Paraguay, a pocos metros de la seccional 2ª de policía.

El atraco ocurrió anteayer, cerca de las 20, y fue calcado de al menos otros cinco hechos similares ocurridos con pocos días de diferencia y perpetrados por una banda de mujeres (ver aparte). En este último caso los ladrones (cinco mujeres y un hombre) dieron otra demostración de sincronización y una puesta en escena que terminó con hacerle perder a Manuel Rimada cinco CPU. A pesar de que el dueño del local Café Net, de Mendoza entre Balcarce y Moreno, alcanzó a descubrir la maniobra, no logró recuperar los aparatos. A la hora en que todo sucedió había una clienta que estaba muy compenetrada frente a la pantalla y una webcam y que no se dio cuenta de nada, incluso de que habían desconectado una máquina pegada a la suya.

El golpe de antenoche tuvo ribetes cinematográficos, según admitió el dueño del local. "Fueron tres parejas, dos de mujeres y una mixta. Entraron cada una por su lado con un minuto de diferencia", narró el muchacho, que maneja desde casi tres años local con 16 computadoras. Las primeras en llegar fueron dos mujeres que, para el muchacho, estaban embarazadas. Entonces fueron hasta el mostrador que está en la parte trasera del local y pidieron una PC navegar por la web.

"Tuve un gesto de cortesía con ellas -recordó Rimada-. Había una sola silla y como vi que las dos estaban embarazadas, les acerqué otra para que se sentaran". Se ubicaron delante del mostrador y, mientras usaban la PC, le daban charla al dueño. Pero detrás de ellas entró otra dupla de mujeres. Todas tendrían alrededor de 30 años y, según rememoró el comerciante, acento extranjero. En este caso, la segunda pareja solicitó que le habilitaran una pantalla por sólo media hora, por la cual pagó por adelantado 50 centavos. En este caso, ocuparon uno de los gabinetes al frente del negocio. Y finalmente ingresaron un hombre y una mujer que ocuparon uno de los boxes por escasos minutos.

Lo que vino después fue una artimaña que Rimada no alcanza a comprender. "Las mujeres que entraron primero me entretuvieron, me daban charla, se paraban para sacar gaseosas de la heladera, cuya puerta me obstruía la visión. Así las otras dos parejas comenzaron a levantarse sincronizadamente. Primero una y después otra, es como que se iban cruzando. Supongo que así fueron sacando los CPU", señaló Manuel. El muchacho se dio cuenta de lo que sucedía cuando la primera pareja, es decir la que estaba más cerca de él, se acercó a pagar. Así, observó en la pantalla de su computadora, provista de un programa especial, que varias máquinas estaban "en off", es decir, como apagadas.

"Cuando vi eso, les dije a las minas que se quedaran quietas. Ahí me di cuenta de que las otras parejas se habían llevado los componentes", contó Rimada. Las mujeres que quedaron el local lamentaban por lo que había sucedido. A todo esto, el dueño del ciber pidió ayuda a comerciantes de la cuadra. "Yo sospechaba de las minas y no las quería dejar ir. Ellas decían que no tenían nada que ver, pero en un momento de distracción salieron caminando hacia Balcarce. Entonces unos clientes míos se ofrecieron para seguirlas en moto", agregó.

Estos clientes vieron como las sospechosas caminaban por Balcarce, tomando una gaseosa, y que al llegar a 9 de Julio subieron a un taxi. Este vehículo siguió por esa calle hasta llegar a Paraguay. En esa esquina las mujeres se bajaron y caminaron hasta Mendoza, donde fueron alcanzadas por la policía. De acuerdo a fuentes policiales se trata de Teresa María Coronel, de 30 años, y María Rojas, de 21, esta última embarazada de siete meses. Las dos son de nacionalidad peruana, pero viven en Marcos Paz, en el Gran Buenos Aires.

Los voceros consultados dijeron que sólo una de las mujeres estaba embarazada, aunque no descartaban que la otra haya fingido un estado de gravidez mediante algún disfraz.

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Las ladronas fueron perseguidas por dos clientes.

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