| domingo, 15 de agosto de 2004 | El huracán Charley deja 16 muertos y destrucción a su paso por Florida El número de víctimas fatales tras el paso del huracán Charley por el sur de la Florida se elevó el domingo a 16, al tiempo que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recorrió la zona y dijo a los residentes que la ayuda federal está en camino para mejorar su situación.
Charley, el más poderoso huracán que haya sacudido al estado en 12 años, desplegó toda su furia el viernes con vientos de hasta 233 kilómetros por hora.
Mientras los socorristas seguían el domingo buscando víctimas en las ciudades arrasadas y miles de personas estaban sin hogar, servicios de emergencia confirmaron que Charley había causado 16 muertes a su paso por Florida, así como infinidad de daños materiales que podrían sumar miles de millones de dólares.
La potente fuerza destructiva del huracán dejó daños en el sur de la Florida estimados en 15.000 millones de dólares según datos preliminares difundidos el domingo por la división de Florida de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.
Un portavoz de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), dijo que el gobernador del estado, Jeb Bush, al conocer la cifra, dijo que era preliminar y adviritió que ésta podía cambiar.
El mayor impacto de Charley se sintió en la línea costera cerca de Punta Gorda, Port Charlotte y Fort Myers, y la lista de muertos posiblemente aumente a medida que los socorristas continúen con su trabajo.
Cerca de 4.000 personas, cuyas casas quedaron demolidas, pasaron la noche del sábado en refugios, y miles más buscaron acomodo en casas de amigos o familiares.
"Nuestros peores temores se han vuelto realidad", dijo el gobernador Bush, quien describió la situación como "comunidades enteras totalmente arrasadas".
Charley golpeó más al sur de lo que inicialmente se había pronosticado, lo que provocó que muchos fueran tomados por sorpresa.
El presidente, acompañado por el gobernador de la Florida y por el director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), Mike Brown, fue testigo de la destrucción que Charley dejó en Punta Gorda, que está en el condado de Charlotte, en la costa oeste del estado.
Bush, quien está en medio de una intensa campaña política para ganar la reelección en los comicios del 2 de noviembre, ya había declarado a la región zona de desastre, lo que permite que el estado reciba ayuda federal.
Bush se movilizó por el área en donde pudo observar pedazos de aluminio retorcido enroscados en postes y árboles, las líneas de distribución de energía eléctrica colgando en techos, mecidas por el aire y trozos de alfombra que volaron por los cielos y terminaron colgadas en las ramas de los árboles.
"La vida de muchas personas quedó vuelta al revés", dijo el presidente Bush, ante la casa semi-derruida de Gary Nickols, un trabajador de 57 años
Nickols se había refugiado en una iglesia cercana, pero volvió el sábado a su casa para encontrarla semi-derruida, y sin luz ni agua. Dijo que tenía suerte, porque muchas de las casas de sus vecinos quedaron reducidas a escombros.
Bush aseguró a los residentes que no habrá retrasos en el envío de la ayuda federal. "Ya está en camino", les dijo.
Los servicios de emergencia estimaron en 50.000 las personas que permanecían en refugios, y que alrededor del 80 por ciento de los edificios en el condado de Charlotte estaban dañados. En la zona, infinidad de casas rodantes quedaron reducidas a metales retorcidos.
El gobernador Bush dijo que el monto de los daños podría claramente trepar hasta los miles de millones de dólares.
El huracán dañó también las extensas plantaciones de cítricos del estado, golpeando sin piedad a una industria de más de 9.000 millones de dólares al año.
Charley ha sido el huracán más destructivo en azotar Florida desde Andrew, que golpeó con fuerza algunas zonas de Miami en 1992 y dejó daños por 25.000 millones de dólares.
Charley, tras surcar el estado de la Florida en dirección noreste, llegó a Carolina del Sur como una débil tormenta tropical.
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