| domingo, 15 de agosto de 2004 | El Papa pidió por la paz desde el santuario de la Virgen de Lourdes En el primer día de su peregrinación a Francia, el Pontífice instó a que"se depongan todas las armas" El Papa Juan Pablo II pidió anoche desde el santuario de la Virgen de Lourdes "que todas las armas sean depuestas y todo el odio y la violencia se terminen", ante decenas de miles de participantes de la procesión. "Que el perdón y el amor fraterno se instalen en los corazones", añadió.
El pontífice se mostró debilitado por su enfermedad y el cansancio en la primera jornada de su peregrinación de dos días al santuario cristiano de Lourdes, en el sur de Francia. A pesar de todo, se dirigió a los peregrinos en una procesión de antorchas.
El Papa, de 84 años, había comenzado la ceremonia leyendo la primera de las meditaciones del Rosario en la gruta donde, según la leyenda, el 11 de febrero de 1858 una campesina de 14 años llamada Bernardette Soubirous tuvo la primera de 18 visiones de la Virgen María.
"Arrodillándome aquí, cerca de la gruta de Massabielle", dijo el pontífice en voz alta, "siento con gran emoción que llegué al fin de mi peregrinación". En un momento de la lectura, no pudo seguir hablando y debió hacer una pausa de alrededor de un minuto.
Más temprano, miles de personas se habían alineado en las calles de Lourdes para darle la bienvenida. Los asistentes ondeaban banderas, aplaudían o lloraban mientras el pontífice recorría en su "papamóvil" el camino hacia la gruta en las afueras de Lourdes.
En la gruta, un Papa visiblemente emocionado oró una breve plegaria. Luego se leyó un mensaje de su parte para los peregrinos enfermos. El mismo Juan Pablo II, enfermo de Parkinson, estaba demasiado cansado para leerlo.
"Quiero abrazarlos a todos, uno después del otro", decía el texto, que también expresaba la solidaridad y cercanía del Papa con los enfermos y convalescientes. Al igual que otros peregrinos que viajan a Lourdes para ser curados, planea beber del agua que corre en el arroyo interior de la gruta, a la que atribuyen facultades milagrosas.
Encuentro con Chirac Se espera que más de 300.000 personas acompañen al Sumo Pontífice durante su visita de dos días al más popular destino de peregrinación católica, con unos seis millones de visitantes por año.
A su arribo a Francia, el líder de la Iglesia católica fue recibido por el presidente, Jacques Chirac, la primera dama y miles de fieles, muchos de ellos en sillas de ruedas, que se acercaron para dar la bienvenida al ilustre huésped.
En su mensaje de bienvenida, Chirac elogió al Papa como "un pastor universal y un hombre de paz" y declaró que "Francia y la Santa Sede están unidas en la lucha por un mundo que ponga al hombre en el centro de cada empresa".
El Papa también habló brevemente. Con la voz entrecortada pero firme, saludó las recientes celebraciones por el 60 aniversario del desembarco aliado en la costa sur de Francia que aceleró el fin de la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El punto máximo de la visita será la misa solemne de la Fiesta de la Asunción, que el Sumo Pontífice celebrará hoy junto a cientos de miles de devotos. Antes de regresar a Roma, hoy mismo, visitará otra vez la gruta de Lourdes para orar una plegaria personal. Unos 2.700 policías y gendarmes han sido movilizados para garantizar la seguridad de los peregrinos y del Papa, cuya última visita a Lourdes, en 1983, fue precedida por la explosión de una bomba en una estatua de Poncio Pilatos. Esta es la octava vez que Juan Pablo II visita Francia. (DPA) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Juan Pablo II dijo en Lourdes: "siento que he llegado al fin de mi peregrinación". | | |