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 sábado, 14 de agosto de 2004

Empowerment. Caminos para vincular la investigación pública y las empresas
La ciencia, buen negocio para el campo
En el marco del congresode Aapresid se presentaron casos de industrias biotecnológicas

El titular de Agencia de Promoción Científica, Lino Barañao, explicó que la política del gobierno apunta a derribar el mito de que la vinculación entre la investigación pública y la empresa privada es "un pecado capital" y aseguró que la dependencia que lidera está trabajando en nuevos programas de financiamiento para articular el trabajo de investigadores y empresas que hoy reciben esos fondos y trabajan en forma dispersa. Destacó el aumento presupuestario en el área de ciencia y técnica y anticipó que los cambios en el sistema también apuntarán a promover la creación de empresas de base tecnológica e incubadoras de empresas.

Con una original presentación, Barañao, animó el panel sobre biotecnología y empresas que, en el marco del congreso de Aapresid, compartió con Esteban Hopp, director de investigaciones del Inta; Marcelo Argüelles, titular de Biosidus; Mariana Giacobe, gerente general de Bioceres, y Miguel Lucero, asesor científico de Aapresid.

Barañao apuntó su cañones contra "los mitos de la ciencia" y propuso cambiar la tradicional diferenciación entre la ciencia básica, asociada ala originalidad, y la ciencia aplicada, asociada la utilidad y la aplicación industrial.

"Se trata en realidad de un modelo bidimensional, donde la ciencia original pueda ser aplicada", señaló y consideró que entre los dos polos "hay una zona de intersección que requiere de la gestión pública y privada".

En ese sentido, consideró que no basta con que los proyectos de investigación que desarrollan los científicos del sector públicos sean validados por sus pares sino también por los usuarios. Recordó que la creación de la agencia de promoción fue creada con el objeto de tornar más dinámica la gestión de las líneas de créditos y subsidios dependientes de la Secretaría de ciencia y Técnica. Destacó la duplicación de presupuesto que recibió el área este año y explicó que se están desarrollando nuevas líneas para financiar con capital semilla a empresas de base biotecnológica, para que los investigadores puedan crear sus propias empresas, y el impulso de incubadoras de empresas en parques científicos.


DT científicos
"Se trata de articular una red que ahora está dispersa, estamos trabajando ahora en proyectos integrados que permitan articular los proyectos de investigación y la asistencia a empresas", dijo y mencionó como ejemplo la calidad alimentaria. "La idea es que el financiamiento se otorgue teniendo en cuenta la articulación de los grupos que trabajan en relación con el tema, la participación de los organismos reguladores y la creación de la figura del director técnico, que como en el fútbol, dependerá de los resultados".

Barañao mencionó la experiencia del tambo farmacéutico de Biosidus, empresa que logró por primera vez en América latina clonar vacas transgénicas para su utilización como fábricas de producción de hormonas de crecimiento, y consideró: "El logro en este caso no fue la clonación de vacas sino lograr que 25 científicos del sector público y privado trabajaran en un mismo proyecto".

Argüelles, precisamente, explicó los próximos pasos del tambo farmacéutico de la empresa, que le permitirá "con un rodeo de 10 o 12 vacas producir hormona de crecimiento por un volumen mayor a la demanda mundial". En agosto de 2002, Biosidus presentó a Pampa, la primera ternera clonada, y poco después a Pampa Mansa, el primer animal transgénico capaz de producir hormonas de crecimiento. La dinastía Pampa se completó con Pampa Mansa II y III, y ya tienen 8 preñeces listas para parir a fin de año. "en esa camada hay clones de modificados para sacar machos transgénicos, con lo cual se podrán obtener nuevos animales ya por mejoramiento tradicional", explicó Argüelles.

Biosidus, empresa nacida del grupo farmacéutico Sidus, "demandó 13 años de inversión antes de generar un retorno económico", rememoró Argüelles, quien remarcó que "la clave para mantener una empresa basada en la tecnología es la paciencia porque es una apuesta a largo plazo". Hoy Biosidus exporta a los cinco continentes productos farmacéuticos basados en la tecnología del ADN recombinante, hormonas de crecimiento y trabaja junto a la Fundación Favaloro en el desarrollo de terapias génicas para curar problemas cardiovasculares.

Biosidus es socia con el 50% del proyecto Indear, que tendrá como una de sus áreas de trabajo la investigación tendiente a producir fármacos en plantas.

Su socia es Bioceres, la incubadora de empresas biotecnológicas conformada en Rosario por 23 accionistas, empresas y productores agropecuarios, que hoy suman 70. Mariana Giacobe, gerente general de la firma, explicó que la firma apuesta a convertirse en proveedora de soluciones biotecnológicas.

Uno de los proyectos en marcha es la transformación genética de soja con genes antifúngicos, en colaboración con la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. La iniciativa, que demanda una inversión 240 mil dólares, es financiada con el aporte de 90 inversores.

En vinculación con el Inta, con la dirección de esteban Hopp, también trabajan en plantas transgénicas de maíz que expresen zonas derivadas del virus del mal de Río Cuarto. Y en convenio con el Conicet y la Universidad del Litoral, trabajan en la generación de plantas transgénicas tolerantes a sequía. Más recientemente, Bioceres firmó con el Inta un convenio por el cual financia por los próximos 10 años el programa de mejoramiento de trigo del organismo y, a cambio, será licenciataria exclusiva de las variedades que se obtengan. Crearon una novedosa red de ensayos y de vinculación de fitomejoradores y en la próxima campaña estarán vendiendo las primeras variedades.

Esteban Hopp, del Inta Castelar, señaló que la historia de vinculación del organismo con las empresas tiene ya 17 años, y que en ese período se produjeron "cruentos debates" entre diferentes grupos sobre las características que debía adoptar esa colaboración. Señaló que en el plan estratégico que está discutiendo el Inta incluye la posibilidad de desarrollar proyectos con privados "desde el comienzo mismo", a diferencia de lo que ocurrió tradicionalmente, cuando "muchos grupos empiezan a investigar y luego ven a quién se lo pueden vender". También se reafirmará que la gestión tecnológica es función indelegable del organismo, de modo de limitar una eventual mercantilización.

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Hopp, Baerañao, Argüelles y Giacobe, en el panel sobre empresas teconológicas.

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