| miércoles, 11 de agosto de 2004 | ¿Política o intolerancia? Desde un tiempo a esta parte, varios templos cristianos han recibido la inscripción en sus paredes de la frase: "La única Iglesia que ilumina es la que arde". Llama poderosamente la atención, por lo menos a mí, que aún existan personas con tan poca racionalidad y entendimiento de la realidad que las lleve a ejecutar tales inscripciones. No resultan ofensivas ni dañinas para con la Iglesia ni el cristianismo, pues de tales muestras lleva muchos siglos encima; sólo demuestran ignorancia o el erróneo dogmatismo de sus autores. La Iglesia, en su faz terrenal y como toda institución compuesta por hombres, es pasible de errores, pero sin duda que muestra muchos más actos acordes a las enseñanzas de Jesús con beneficios a propios y extraños que perjuicios a los mismos. Ejemplos no faltan. Sin duda nos gustará ver una Iglesia más comprometida con las necesidades del pueblo, pero, como con los políticos, el resultado se logrará con participación y no sentados esperando que los hechos de nuestra conveniencia se produzcan. Argentinos, a las cosas.
Hugo Luciani
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