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 sábado, 07 de agosto de 2004

Dos obstetras en la pista de un homicidio
En febrero hallaron calcinada a una enfermera de 23 años. Pericias médicas y escuchas sugieren que murió en la práctica de un aborto y que para deshacerse del cuerpo lo quemaron. Dos parteras jubiladas están detenidas

Dos médicas jubiladas fueron arrestadas ayer a la mañana en el marco de la investigación por la muerte de una muchacha de 23 años cuyo cuerpo apareció calcinado y tirado a pocos metros del cementerio de Villa Gobernador Gálvez. La víctima cursaba un embarazo avanzado y los investigadores policiales tienen fuertes sospechas de que su deceso pudo producirse por un aborto clandestino realizado en alguno de los consultorios particulares de las mujeres detenidas ayer por la Brigada de Homicidios de Rosario.

Las ex obstetras fueron apresadas en sus viviendas de La Paz 185 y Corrientes 4360, luego de una tarea de inteligencia supervisada por el juez de Instrucción Nº 10, Alfredo Ivaldi Artacho. En esos lugares, los investigadores incautaron instrumental médico y medicamentos propios de consultorios ginecológicos: camillas, gasas, vendas, pinzas, lámparas y aparatos para esterilización de instrumentos. También se hallaron certificados de nacidos vivos en blanco y tubos de oxígeno.

El magistrado y la policía intentan dilucidar la muerte de María del Luján Saucedo, una enfermera de 22 años quien al momento de perder la vida llevaba un embarazo de siete meses. La chica, que vivía en el barrio Fonavi del Sindicato de la Carne, en la zona sur de Rosario, fue encontrada sin vida el 7 de febrero pasado, calcinada en un sector cercano al cementerio de Villa Gobernador Gálvez. Tardaron dos días en confirmar la identidad de la víctima. Durante esas 48 horas los familiares de la chica habían pegado afiches en el barrio pidiendo datos sobre su paradero.


El anestésico
Los primeros resultados de la autopsia revelaron que, además del estado de gravidez, no había humo en los pulmones. Esto quería decir que la muchacha ya había muerto cuando le prendieron fuego. También se corroboró que la habían llevado hasta allí envuelta en una sábana o plástico blanco, lo que confirmaría que la muerte sobrevino en otro lugar. Pero uno de los indicios cruciales de la necropsia fue el hallazgo en el feto y en los restos de la joven de un anestésico, cuya droga se denomina Misoprostol, que se le suministra a embarazadas para someterlas a operaciones cesáreas.

"Se realizó una tarea de inteligencia de varios meses. Cuando el juez Ivaldi tuvo todos elementos reunidos ordenó la detención de las profesionales ante la presunción de que en esos lugares se harían prácticas abortivas. Pero todavía no sabemos si Saucedo murió allí", comentó una fuente de Homicidios. Entre los elementos aportados al juez hay una serie de escuchas telefónicas que develarían la actividad de una red dedicada a realizar prácticas de abortos.

Esos elementos condujeron a los investigadores hacia las viviendas de La Paz al 100 y Corrientes al 4300. Los allanamientos comenzaron a la mañana temprano con la presencia de dos testigos. En el primero, los agentes de Homicidios detuvieron a Elda B., de 68 años, obstetra jubilada, en cuya casa tenía montado un consultorio completo en la especialidad. Prácticamente en forma paralela, los agentes se presentaron en la casa de Corrientes al 4300. Allí vive Vilma C., también profesional de la salud. Tenía en su vivienda todo lo necesario para atender a mujeres embarazadas. En uno de esos lugares, los policías encontraron la misma droga que fue detectada en las vísceras de Saucedo.

Vilma trabajó muchos años en un sanatorio de Buenos Aires y 9 de Julio. Hacía unos doce que se había retirado de la profesión. Siempre tuvo un buen pasar, según contaron ayer sus vecinos. Hija única, sin pareja ni hijos, la partera solía jugar regularmente al golf. "Cada tanto la veía cargar los palos en su auto", comentó una señora de la misma cuadra. Tenía un costoso automóvil Audi.

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Corrientes al 4300, donde detuvieron a una de las médicas.

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