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 sábado, 07 de agosto de 2004

El alumbrado público tenía unos cien enganchados en zona oeste

La Municipalidad se encontró ayer con un centenar de conexiones clandestinas a la red de alumbrado público en la zona oeste. "Esta es una práctica habitual. El problema no es que nos roben la energía, sino el peligro que estas instalaciones representan para el barrio", explicó el director de Alumbrado Público del municipio, Jorge Nocino. Pero no sólo la maraña de cables impidió que los empleados de la repartición pudieran realizar la desconexión, sino que además fueron los vecinos de la zona de Avellaneda al 4000 los que echaron a las cuadrillas municipales "entre gritos y agresiones verbales", indicó el funcionario, quien dejó asentada la denuncia en la comisaría de la zona.

Estos enganches clandestinos están sobre Avellaneda entre el 4000 y el 5000, en la zona sudoeste de la ciudad. Según detalló Nocino, "el problema de estas conexiones ilegales es que se convierten en un verdadero enjambre y representan un peligro para toda la población porque los cables, que son viejos y están todos pelados, salen de las viviendas precarias que hay en la zona y cruzan la calle hasta alcanzar las columnas de alumbrado".

Aunque admitió que son más los "enganchados a la Empresa Provincial de la Energía que al alumbrado público", el funcionario señaló que "esta es una práctica habitual que evidentemente es muy difícil desterrar del todo porque se trata de una cuestión social".

Sucede que cada vez que las cuadrillas de empleados municipales intentan llevar adelante una desconexión, se enfrentan a la reacción de los vecinos. "La gente les impide trabajar. Entonces, nos echan a los gritos, hay agresiones verbales y a veces vuela algún cascote", relató Nocino.


Una "solución social"
Por eso, aseguró que "hay que buscar una solución social a este problema porque se trata de zonas marginales de la ciudad donde casi nadie tiene servicio regular de energía eléctrica y donde si se desconecta, el problema reaparece a las 24 horas. A esas personas hay que darles energía de alguna manera porque esa es la única forma de terminar con las conexiones clandestinas que representan un peligro terrible para chicos y grandes. ¿Qué pasa si uno de esos cables se corta y cae a la calle?".

A la hora de repartir responsabilidades, el funcionario municipal señaló que "es la EPE la que tiene que controlar este tipo de robos, incluso porque ellos son los que nos proveen la energía a nosotros". Y aclaró que "a pesar de no haber podido desconectar los cables, ya se dejó asentada la denuncia en la comisaría de la zona".

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