"La producción está llegando al techo"

El Foro Nacional de Política Lechera deliberó en Rosario

El dirigente tambero Roberto Socín dijo que las ampliaciones en la industria aún no se ven en los precios

El Foro Nacional de Política Lechera, heredero de la fundacional "mesa de San Francisco", deliberó esta semana en la sede de la Sociedad Rural de Rosario. Representantes de las mesas de tamberos de las provincias lecheras, industriales, autoridades provinciales y el secretario de Agricultura, Miguel Campos, fueron de la partida. Roberto Socín, dirigente de la mesa de tamberos santafesinos, se mostró a favor de un sistema similar al de las cámaras arbitrales de granos para laudar en los conflictos entre productores e industria

-¿Qué avances hubo en la reunión del Foro Nacional de Política Lechera?

-Fue positiva en el sentido de que se definió una agenda concreta de trabajo para la resolución de los seis puntos centrales que se definieron en San Francisco. Hay dos temas que son centrales para la producción: encontrar un mecanismo de fijación de precios permanente, para que dejen de ser fijados unilateralmente por la industria, y adaptar la oferta de leche a las necesidades de los mercados interno y externo. También se decidió estudiar un sistema por el cual, en caso de que las partes no se pongan de acuerdo, tengan una alternativa para dirimir conflictos, como las cámaras arbitrales de la Bolsa de Cereales. Para los puntos en los que hay bastante acuerdo, como la referencia de calidad de leche, laboratorios de servicios y liquidación única, se fijó un plazo de 90 días para que la comisión respectiva se expida. La idea es implementarlo en 2005. A partir de los 120 días se empezará a trabajar los otros tres temas: mecanismo fijación de precios, gestión de oferta y alternativas de resolución de conflictos.

-¿Gestión de oferta significa cupos?

-El cupo o cuota vendría a ser una herramienta. Como pareciera que esta palabra es irritativa, nosotros presentamos un bosquejo general. La idea es transparentar el mercado interno, que debe tener determinado precio, y permitir a los productores producir libremente para la exportación. Pero con dos condiciones: que tenga un contrato auditable, para que esa leche tenga definido su destino, y que tenga elementos para que esa leche no se reimporte, como ha sucedido históricamente. De esa manera, no limitamos la producción y el productor, para la exportación, podrá hacer un excedente de leche cuando le convenga hacerlo.

-¿Cómo está el sector, atendiendo a que este año vino subiendo la producción?

-En estos meses creció la producción por el mejor estado corporal de la hacienda y la mejor alimentación. No obstante, estamos viendo que la producción individual está alcanzando sus valore topes. Puede haber un pequeño crecimiento estacional pero no muy pronunciado, porque para tener un mayor número de litros, aparte del crecimiento individual de cada uno de los animales tengo que tener mayor cantidad de animales. Y la mayor cantidad de animales, en función de la gran crisis, ha terminado en las hamburguesas. Desde el punto de vista de la producción estamos viendo que estamos llegando al tope de oferta de leche.

-¿La caída de la soja puede incentivar una vuelta a los tambos?

-Independientemente de los números de la actividad, que poniéndole costo de oportunidad son todavía negativos, el gran problema es la gran demanda de tiempo y dedicación que tiene la lechería respecto de los dueños y la gente vinculada a los tambos. Trabajar 365 días del año, con dos ordeños al día, contrasta mucho contra la simplicidad de los 30 días de la agricultura. Más allá de la baja del precio de la soja, esta realidad pesa en la decisión del productor lechero que incursionó en la actividad, y lo estamos viendo en el cambio generacional.

-Las industrias vienen anunciando proyectos de inversión en nuevas plantas o en aumento de capacidad. ¿Esto es una mejora para el productor?

-Debería darse una competencia por la leche, debido a las nuevas inversiones. Pero no la estamos viendo. Se incrementó la capacidad ociosa, en el 99 estábamos en 10 mil millones y ahora estamos en 7.500/8.000 y a su vez se hicieron plantas para 2,5 millones de litros diarios. El industrial que hizo la planta va a tener que salir a buscar leche pero también entendemos que hay una gran diferencia de precios, tanto por la capacidad ociosa como por la amortización de las nuevas plantas, que también es precio que no ha percibido el productor. Quiere decir que dentro de la cadena existe un margen importante de transferencia de ingresos a la industria.