Las chicas no trabajaban

Las dos mujeres procesadas confesaron ante la Justicia ejercer la prostitución por su propia cuenta en la casa allanada pero desmintieron rotundamente que las dos menores, es decir su hija y su hermana respectivamente, lo hicieran. Sobre la chica de 13 años sostuvieron que concurría a la escuela por las mañanas y que a la tarde estudiaba computación o estaba en la casa pero ajena a los ambientes ocupados por el burdel. En cuanto a la piba de 16, adujeron que hacía tareas de limpieza. Sin embargo, la jueza fundamentó las acusaciones de facilitamiento de la prostitución en los exámenes médicos realizados a las menores. Ambas presentaban "actividad sexual reciente y anterior", según el informe forense.