| sábado, 31 de julio de 2004 | Una forma diferente de acción y aprendizaje Ecoclubes presentó el Banco de Experiencias Comunitarias Una organización no gubernamental que trabaja con una mirada local para lograr cambios globales Silvia Carafa / La Capital Pertenecen a diecisiete países del mundo y no superan los 24 años, sienten que los une una forma de compromiso inédita, respetan la diversidad y tienen un objetivo común: mejorar la calidad de vida de la gente. En la Argentina, impulsan decenas de experiencias en el marco de los nuevos movimientos sociales. Articulan sus acciones con diferentes organismos, y sistematizan el conocimiento surgido de una práctica que evalúan y superan en forma continua. Los unen la Red de Ecoclubes, una organización no gubernamental dedicada a promover estos objetivos.
Tatiane Dal Bosco tiene 20 años, vive en Brasil y es la secretaria ejecutiva de la red que nuclea al movimiento a nivel internacional. En su opinión, Ecoclub es un sentimiento. "Algo que guía nuestras vidas y nos entrelaza, que nos permite actuar a nivel local pero cosechar frutos en lo global, y por el cual somos capaces de hacer cosas que ni siquiera soñamos", explica.
Para Tatiane, que vive en Toledo y estudia tecnología ambiental, integrar Ecoclubes y ocupar un rol a nivel internacional es una honra más que un compromiso.
También de 20 años es la chaqueña Gabriela Pereyra, que preside la red de Ecoclubes a nivel internacional. Para ella, la utopía incluye justicia y sinceridad, "son las cuestiones más fuertes y las que más me duelen en las actuales condiciones del mundo", asegura. Y acota que los jóvenes tienen el compromiso de trabajar en la concientización y en el empoderamiento por parte de la sociedad, de los problemas que son comunes a todos.
Las necesidades En su opinión, hablar de calidad de vida es muy amplio y no es prioridad de los políticos. "Hay necesidades urgentes como el hambre y la desocupación, que necesitan una respuesta inmediata con asistencia, aunque la cuestión de fondo sigue sin tratarse", acota.
Días atrás, la Organización Nacional de Ecoclubes de Argentina presentó en el Centro Cultural San Martín, en Capital Federal, el Banco de Experiencias Comunitarias (Bece). Se trata de experiencias que apuntan a la promoción humana en todos sus aspectos.
Así, en Buratovich (Buenos Aires) implementaron la autoproducción de alimentos como alternativa laboral, fuera de temporada, a los cosecheros de cebolla. La huerta se llama Manos Solidarias y está emplazada en los terrenos de la empresa que los contrata durante la cosecha.
En Monte Caseros (Corrientes) articularon cuatro proyectos con la comunidad Wichi. "Demostrarnos que los aborígenes de nuestra patria son tan inteligentes y tan abiertos a discutir los problemas de nuestras comunidades como los criollos", explican. La experiencia incluye el reciclado de botellas de agua mineral, el uso del plástico que de allí se obtiene, y la inserción de cinco jóvenes de esa comunidad en los estudios universitarios.
En Federal (Entre Ríos) le cambiaron a la comunidad libros por abono orgánico que producen en el reciclado de residuos, para poner en marcha una biblioteca infantil en el centro comunitario del barrio Salto. "La comunidad respondió muy bien y abrimos otra biblioteca en el barrio El Silbido", relatan.
Qué son los Ecoclubes Los Ecoclubes son la cadena de transmisión de un movimiento formado, vivido y potenciado por niños y jóvenes que creen en la capacidad que toda persona tiene para transformar el mundo, comenzando por el propio entorno. Y tienen un valor agregado, su accionar los va convirtiendo en líderes naturales de aquellos que apuestan a un ambiente sano, en el que se incluya la promoción humana en todos sus aspectos.
Un Ecoclub es una organización no gubernamental y democrática, que articula acciones con otras entidades de la comunidad para mejorar las condiciones concretas de la vida cotidiana. Tienen una estructura organizativa propia, se rigen por un estatuto consensuado entre sus miembros, y la metodología de trabajo que emplean surge de los ajustes y los desafíos, del ingenio y de la experiencia. El conocimiento así adquirido luego es sistematizado.
Los Ecoclubes nacieron en 1992 en el sur de la provincia de Santa Fe, como parte, en aquel momento, de un plan de reciclado de residuos domiciliarios con separación en origen; esto es, con la participación reflexiva de las familias.
En la actualidad hay 140 Ecoclubes distribuidos en Argentina y 413 en todo el mundo que trabajan en programas como uso sustentable del agua, lucha contra el dengue, manejo integral de los residuos sólidos urbanos, entre otros.
Los jóvenes que integran el movimiento de Ecoclubes creen con firmeza que ese hacer los va formando como personas responsables de un destino común, a través de una práctica cotidiana que además de información y preparación, requiere sin dudas un alto grado de compromiso. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Las experiencias se mostraron en Buenos Aires. | | |