| miércoles, 28 de julio de 2004 | Diagnóstico de 0 a 3 años Propuesta para la atención fonoaudiológica temprana Profesionales del Hospital Provincial diseñaron protocolos inéditos para la evaluación Belén Travesaro / La Capital El Grupo de Investigación y Asistencia Fonoaudiológica (Giaf) del Hospital Provincial de Rosario diseñó protocolos de evaluación y lineamientos terapéuticos de comunicación-lenguaje, cognición, audición y alimentación. Los protocolos son el resultado de una investigación llevada adelante en la sección fonoaudiología de dicho hospital que recientemente fueron materializados en el libro "Atención temprana. Una perspectiva fonoaudiológica". El material publicado constituye una herramienta inédita que abre una nueva perspectiva en la atención e intervención de pacientes tanto en internación como en consultorio externo. De la investigación participaron las fonoaudiólogas Elba Lizzi, Analía Menna, Silvina Sirna, Bibiana Zerpa, Ana Iriondo, María Fernanda Ginghini y Mariel Cattáneo.
El trabajo dirigido por Lizzi es el resultado de una experiencia (de 1994 al 2003) en la cual se efectuó el seguimiento y tratamiento de 483 niños durante los tres primeros años de vida. "Los protocolos, elaborados a partir de marcadores de normalidad, posibilitaron efectuar el seguimiento en una población de niños con antecedentes de riesgo biológico y ambiental. Entre otros aspectos, se incluyen indicadores de riesgo que contribuyen a la detección precoz de alteraciones fonoaudiológicas", explicó Lizzi. En diálogo con La Capital, el equipo responsable de la investigación comentó la metodología utilizada para la estandarización de los criterios de evaluación e intervención en las áreas mencionadas.
"Los pacientes de 0 a 3 años que atendemos en el servicio son en su mayoría derivados de la sala de neonatología o de internación pediátrica del hospital. Cabe aclarar que en el servicio se asiste también a niños de más de 3 años y adultos con patologías de voz, habla, lenguaje y audición", explicó Lizzi.
Una vez que el paciente llega a fonoaudiología le realizan la historia clínica. Luego evalúan al niño para determinar su inclusión en un programa de seguimiento o tratamiento. En la consulta se valoran todos los datos que la familia puede aportar acerca de las manifestaciones del bebé en su entorno.
Respuestas del bebé Los protocolos utilizados por las fonoaudiólogas evalúan la etapa prelingüística (0 a 18 meses) y la lingüística (18 meses a 3 años). En el primer año la adquisición del lenguaje se analiza básicamente desde el nivel comprensivo vinculado con la respuesta del bebé ante el diálogo de los demás. "Se sospecha la presencia de una alteración cuando un bebé ante el acercamiento del otro no sonríe, no responde a su nombre, al no, no balbucea", explicó Lizzi.
En la etapa de transición, de pasaje de la acción al lenguaje propiamente dicho (de 13 a 18 meses), se valoran las producciones orales, como onomatopeyas y palabras, sin descuidar el aspecto comprensivo; de 19 a 24 meses, el uso del lenguaje en situaciones comunicativas y dialógicas; y de 25 a 36 meses, el lenguaje verbal comprendido.
Ana Iriondo -integrante del grupo de investigación- destacó que "en los casos en que no se dan las pautas madurativas normales de acuerdo a los criterios citados se realiza un seguimiento para analizar cuál es el problema de origen, que en edades tan tempranas requiere la participación de un equipo interdisciplinario".
Estimulación del lenguaje Los lineamientos terapéuticos dependerán de las dificultades del paciente y de su edad. El lenguaje se aborda junto con la cognición. Frente a un problema en la adquisición del lenguaje, Silvina Sirna, una de las miembros del servicio, explicó que el tratamiento de estimulación se basa en proponer actividades lúdicas que incentiven las producciones espontáneas del niño utilizando juguetes, cuentos, revistas y títeres. Con el mismo material se estimula el reconocimiento y la comprensión. "No utilizamos un lenguaje-bebé (babau en vez de perro), sino el indicado para que el niño reciba un modelo correcto", subrayó.
En cuanto a la estimulación del habla, las profesionales destacan la importancia del diálogo, la narración de cuentos, la relación del niño con los hermanos y otros niños de su edad.
Pruebas auditivas Para evaluar la capacidad auditiva, primero el médico otorrinolaringólogo realiza un examen del oído (otoscopía). Luego las fonoaudiólogas dialogan con la familia acerca de los antecedentes del bebé (otitis recurrentes, resfríos reiterados, medicación suministrada, etcétera) y realizan las pruebas acordes a cada edad.
La evaluación fonoaudiológica se efectúa mediante pruebas subjetivas y objetivas. Las primeras valoran respuestas conductuales ante instrumentos, estímulos sonoros y vocálicos. Las objetivas determinan con mayor precisión cuánto escucha y requieren equipamiento específico (impedanciometría, otoemisiones acústicas, potenciales evocados auditivos). Al respecto, la fonoaudióloga Bibiana Zerpa informó que en el hospital sólo se realizan las subjetivas. "Cuando el niño necesita otros estudios, es derivado a otro centro de salud", dijo.
A partir de los resultados es posible diagnosticar las hipoacusias (disminución de la audición). Estas pueden ser perceptivas (alteraciones sensoriales producidas en el oído interno) y/o conductivas (trastornos del oído externo generadas por resfríos frecuentes y otitis, entre otros factores).
Por la relevancia de la audición en la comunicación, las profesionales opinan que es indispensable concientizar a la familia. Al respecto aconsejan que los padres acunen, hablen y canten al bebé, ofrezcan sonajeros para reforzar la atención auditiva y proponen ejercicios de atención, discriminación y memoria, tales como reconocer diferentes voces y discriminar y reproducir sonidos.
Por último, las profesionales explicaron que "la intervención fonoaudiológica en los problemas de succión y trastornos de la deglución tiende a optimizar la funcionalidad del acto alimentario y favorecer la lactancia materna. En niños alimentados con sonda se plantean estrategias tendientes a restituir la vía oral".
En este caso se evalúa el sector orofacial y la vía de alimentación. "De acuerdo a la edad y la dificultad, le indicamos a la madre cómo dar de mamar, en qué posición alimentarlo, cómo presentarle diferentes consistencias y qué utensilios utilizar, entre otras orientaciones", dijeron las profesionales. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Integrantes del grupo de investigación. | | |