| domingo, 25 de julio de 2004 | Díaz Franco, un misterio sin solución José Díaz Franco fue visto por última vez el 19 de diciembre de 1988, en Rosario. Ese día salió de la empresa láctea de su padre, en Urquiza al 2600, en busca de un taxi, y nunca más apareció. Tenía 30 años y tres hijos.
Los secuestradores pidieron 300 mil pesos a través de llamados telefónicos que se hicieron desde las ciudades bonaerenses de Colón, Pergamino y San Nicolás. El padre de Díaz Franco acordó pagar el rescate, pero el arreglo se frustró, según destacó el empresario, por la inesperada intervención de la policía de Rosario, que supuestamente intentaba detener a los delincuentes y no lo consiguió. Ese oscuro episodio ocurrió cerca del parador Vieja María, en la autopista Rosario-Buenos Aires.
El caso fue atribuido a una banda que ya había secuestrado a Hugo Filipetti, productor rural de Murphy, y a los jóvenes Jorge Negrini y Fernando Massaro, en Monte Maíz, provincia de Córdoba. Pero el único condenado fue Jorge Manuel Rivas, en base a una pericia que reconoció su voz en los llamados de los secuestradores a la familia. El estudio se realizó en un laboratorio de Michigan, Estados Unidos.
Rivas, que registró además condenas por tenencia de armas de guerra y evasión, cumple una pena de 25 años de prisión en la cárcel de Coronda. "Mi vinculación con el hecho fue una invención de la policía", aseguró. Los investigadores no lograron probar los cargos contra sus presuntos cómplices, Ariel García y Andrés Roldán, que fueron procesados y luego quedaron absueltos.
En 1994, en busca del cadáver del desaparecido, se hicieron excavaciones en un arroyo de Pearson, en el partido bonaerense de Colón (de donde es oriundo Rivas). También se presumió que el caso podía estar relacionado con el secuestro del empresario Rodolfo Clutterbuck, desaparecido en Buenos Aires en octubre de 1988. Las búsquedas no dio resultados y todavía se ignora dónde están los restos de Díaz Franco. enviar nota por e-mail | | |