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 domingo, 25 de julio de 2004

La comisión investigadora del 11-S reclamó una profunda remodelación
Trabas burocráticas frenan la reforma del sistema de inteligencia en EEUU
La CIA y el Pentágono se niegan a someterse a una autoridad centralizada, como pidió el organismo ad hoc

Washington. - Estados Unidos despliega enormes esfuerzos frente a la amenaza terrorista, según el informe sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero las reformas de fondo que preconiza la comisión investigadora que esta semana dio su dictamen corren el riesgo de tropezar con fuertes resistencias políticas y burocráticas.

En el Congreso se especula con que tal vez las cosas tomen su tiempo, pese a los urgentes llamados de la comisión para poner en práctica de inmediato una amplia reestructuración de los numerosos servicios de inteligencia y de su supervisión por parte del Congreso, para contener mejor la amenaza terrorista. "Dicho claramente, Estados Unidos está confrontado a uno de los más grandes desafíos de seguridad de su historia. Y aunque creemos ser menos vulnerables ahora, no lo somos tanto en materia de seguridad", declaró el jueves Thomas Kean, el presidente de la Comisión independiente, quien insiste en actuar sin demoras.

Las familias de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre, que dejaron casi 3.000 muertos, pidieron un rápida acción del Ejecutivo y el Congreso. "Debemos asegurarnos que esas recomendaciones no sean olvidadas en un estante polvoriento, debemos presionar en el Congreso, presionar a los congresistas", afirmó Monica Gabrielle, viuda de una de las víctimas del World Trade Center que vino especialmente a Washington para escuchar las conclusiones de la comisión.


De vacaciones
El mismo día que el documento se hizo público el Congreso se preparaba para salir normalmente de vacaciones de verano (boreal) durante seis semanas. Además, los demócratas están completamente absorbidos por su convención nacional de cuatro días que se inicia mañana en Boston y que dará la investidura de manera oficial a John Kerry como candidato del partido. Los republicanos tendrán su convención en Nueva York a finales de agosto.

Además del calendario parlamentario y electoral, las amplias reformas preconizadas unánimemente por los diez miembros de la comisión -cinco demócratas y cinco republicanos- encontrarán varias resistencias tanto en el Congreso como en los ministerios y las agencias federales implicadas en los cambios.


Culpas repartidas
El documento final de la comisión, difundido a poco más de tres meses de la elección presidencial, involucra tanto al anterior presidente, el demócrata Bill Clinton, como al actual, el republicano George W. Bush, y cuestiona todo el andamiaje institucional del país. "En todos los organismos del gobierno fallaron la política, las capacidades y la gestión" para luchar contra el terrorismo e impedir los atentados del 11 de septiembre de 2001, sostiene el informe.

Bush, que aspira a ser reelecto en las elecciones del 2 de noviembre, saludó ayer el informe como un trabajo "serio y exhaustivo" y prometió tenerlo en cuenta. Kerry, por su parte, afirmó que de ser electo realizará una vasta reforma de los dispositivos de seguridad estadounidenses.

Pero las expectativas sobre las reformas pedidas por la comisión son bajas. "Espero que las circunstancias que condujeron a la creación de esta comisión fuercen al Congreso de actuar de manera diferente, pero no soy optimista", declaró el ex senador Bob Kerrey, uno de los miembros demócratas de la comisión.

La comisión consideró ineficaz la actual supervisión y control del Congreso sobre la CIA y los distintos organismos de inteligencia, por lo que insistió en reagrupar la autoridad de control parlamentario en una o dos comisiones en lugar de las ocho actuales.

Respecto a la reestructuración de inteligencia preconizada por la investigación, con la creación de un puesto de rango ministerial que tenga autoridad sobre los quince organismos y con un presupuesto estimado en 40.000 millones de dólares, la dirección de la CIA, el Pentágono e incluso el secretario de Seguridad Interior, Tom Ridge, han dejada sentada su oposición. Tal reforma disminuiría considerablemente la influencia de la CIA en la coordinación de las actividades de inteligencia y el poder del Pentágono, que controla el 80% del presupuesto total para inteligencia. (AFP)

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