| domingo, 18 de julio de 2004 | Hacia la puerta santa En el final del Camino, una potente luz en la torre de la Berenguela de la catedral de Santiago guía como faro a los peregrinos hacia la Puerta Santa, en los atardeceres del aquí suavizado verano boreal (una media de 19º). La catedral se alza como el alma de la urbe surgida entre orgullosa piedra de granito en torno a los restos encontrados por un eremita iluminado. En su interior se conserva el misterio del pasadizo bajo el altar mayor que conduce a la tumba de Santiago, una urna de plata repujada. También el espectacular Botafumeiro (precioso incensario de descomunal tamaño que se columpia en las ceremonias más importantes) y la capilla románica de Corticela.
Entre las cuatro plazas que contornean la catedral, la del Obradoiro alcanza carácter emblemático. En ella comenzó hace pocos días el VI Festival Internacional de Música de Galicia, con la actuación de Luciano Pavarotti (según se ha dicho, quizá una de las últimas en España), y de ella también nacen las calles empedradas compostelanas. A su vera brotan bares, restaurantes, librerías y negocio de artesanías, con noches en las que dejar el espíritu libre es sana costumbre que anida en pubs abiertos en antiguos edificios. Tal el caso de las populares rúas do Franco, do Vilar, Nova y de las Orfas, con tascas que reciben a los peregrinos con exquisitos frutos de mar, luego de los duros tramos de la ruta jacobea.
Compostela continúa acumulando riqueza arquitectónica a través de construcciones contemporáneas como el Centro Gallego de Arte y la futura Ciudad de la Cultura, como también rescata del olvido a sitios entrañables como el restaurante El Asesino, que tenía entre sus habitúes a figuras como Del Valle Inclán.
Este año el Xacobeo -vocablo que sintetiza la celebración- brilla de manera intensa en la capital de Galicia. Sin embargo, adquiere carácter de poderosa luz que alumbra a todos los rincones de España como una fiesta más que mundana. Más información en www.xacobeo.es. enviar nota por e-mail | | |