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 domingo, 18 de julio de 2004

A 10 años. Eamon Mullen, ex fiscal de la causa, replicó a la primera dama
"No podemos responsabilizar a las víctimas por un presunto fracaso de la investigación"

Javier Felcaro / La Capital

A una década de la voladura de la Amia, el ex fiscal Eamon Mullen, quien días atrás efectivizó su renuncia al cargo, aseguró que "no podemos responsabilizar a las víctimas por un presunto fracaso de la investigación" del atentado.

Tras contestarle a la primera dama, Cristina Fernández de Kirchner, quien había cuestionado a instituciones del Estado y a la comunidad judía por la falta de progreso en la pesquisa, Mullen se sinceró ante La Capital: tildó de "arbitraria" su separación del caso (en abril pasado) y admitió que, pese a sentirse en deuda, puede "mirar tranquilamente a los ojos" a los familiares de los 85 muertos.

-¿Su renuncia como fiscal, además del pedido familiar, se abonó con el trago amargo de su separación de la causa?

-Fue un hecho más que contribuyó a tomar esa decisión. Se trató de algo arbitrario, y así se planteó en los recursos interpuestos.

-¿Qué no se tuvo en cuenta para defender sus casi nueve años en el caso?

-Fue algo absolutamente extemporáneo, porque los procesos tienen sus tiempos para producir ciertas decisiones. Pero acá estaban vencidos los plazos para admitir una presentación como la que se planteó (que tanto él como el fiscal José Barbaccia ocultaron que el acusado Carlos Telleldín cobró 400 mil dólares para declarar contra policías bonaerenses).

-Luego vino un pedido de Jury. ¿Supone que se esconden intereses políticos detrás de estas movidas?

-Creo que sí, porque hasta hubo operaciones de prensa. Barbaccia estaba participando en un concurso para juez federal y, en ese momento, apareció en los diarios antes de su presentación en la Procuración General de la Nación. Nosotros hicimos nuestro descargo y negamos absolutamente todo.

-¿Su apartamiento de la causa obedeció a la búsqueda de justificativos por las inminentes absoluciones de policías?

-Es posible que traten de buscar chivos expiatorios.

-Muchos sostienen que la investigación es una mentira.

-Siempre focalicé todo en el expediente. Con nosotros trabajó un fiscal general, Alberto Nisman (desde 1997), y juntos acusamos a las personas que fueron imputadas. La causa se auditó por las partes, las Cámaras Federal y de Casación y la comisión bicameral. La cuestión del famoso pago es el árbol que está tapando el bosque.

-¿Por qué?

-Hay un sinnúmero de evidencias, plasmadas en los alegatos, que determinan la culpabilidad de las personas, por los menos según nuestro criterio, que fueron imputadas. Pero la última palabra la tendrá el tribunal oral. A lo largo de la investigación se hicieron muchas denuncias, que tramitan distintos tribunales, vinculadas con interferencias, testigos falsos y desaparición de pruebas.

-Todo indica que la causa quedó a un paso del fracaso.

-Siento desazón. No sólo yo, sino un grupo importante de personas que trabajó honestamente buscando la verdad. Tengo 25 años en la Justicia y le aseguro que bajo ningún punto de vista nos sometimos a presiones políticas en tal o cual sentido o de dirigentes de la comunidad judía.

-¿La pista internacional que estaba investigando también se diluye?

-Lo que la jueza Christine Junod dijo la semana pasada es que el testigo C no se presentó a las citaciones, razón por la cual es un cierre provisional sin perjuicio de que siga la pesquisa. Cuando estuve en Suiza abrí otros canales, que están madurando. Además, un juicio oral puede tener dos consecuencias: la condena o la absolución, y esto no implica un fracaso. Son las reglas del juego.

-Según la comunidad judía, pasó una década y nada se sabe.

-Yo puedo mirar tranquilamente a los ojos a todos los familiares de las víctimas. Trabajé con honestidad y busqué la verdad.

-¿Qué opina de las palabras de la primera dama?

-Me sorprendieron. Más allá de que la sociedad argentina fue blanco de los atentados, éstos tuvieron un direccionamiento concreto hacia la comunidad judía. Entonces, no podemos responsabilizar a las víctimas por un presunto fracaso de la investigación.

-¿Se siente en deuda?

-Obvio, porque me hubiese gustado aclarar absolutamente todo este hecho feroz.

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"Puedo mirar tranquilamente a los ojos a los familiares de las víctimas", dijo el ex fiscal.

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