| sábado, 17 de julio de 2004 | Critican la inacción de la provincia y del municipio Los vecinos de la zona roja piden controles para convivir "en paz" Residen en las inmediaciones de la plaza Libertad (Mitre y Pasco), donde travestisy prostitutas buscan clientes. Denuncian que se practica sexo en la vía pública La idea de la provincia de derogar o modificar los artículos del Código de Faltas que reprimen la prostitución y el travestismo, y la intención del ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, de municipalizar el control del trabajo sexual, provocó polémica. "¡Qué vivos! Si quieren que la Municipalidad regule el tema de la prostitución callejera, que primero le den a la ciudad autonomía", bramó Graciela, de 55 años, viuda (una hija) y empleada de Pami. La mujer es una de las vecinas de la plaza Libertad (Mitre y Pasco). El lugar se ha convertido en la zona roja de Rosario por excelencia, que al anochecer concentra gran cantidad de travestis y prostitutas.
En rigor, los vecinos y comerciantes consultados ayer por La Capital no hicieron distinciones a la hora de pedir controles. Les da igual si la facultad es de la provincia o del municipio, pero sí hubo coincidencia en que se resguarde el lugar teniendo en cuenta conductas de "convivencia básica", como no tener sexo en los espacios públicos y que se eviten grescas y peleas.
En ese contexto hubo una queja unánime por la actividad de un bar sobre calle Pasco casi esquina Mitre y que llama la atención por el color verde manzana que ostenta su fachada. Los vecinos coincidieron en que allí el ambiente es muy denso, que se consume "mucho alcohol y drogas", y que las grescas al amanecer son moneda corriente, amén de los gritos, los botellazos, los vómitos e incluso los tiros, aunque el lugar no fue señalado como parada de travestis o prostitutas.
Para Graciela lo ideal sería que se pudiera determinar otra zona para ejercer la prostitución. "Antes en el barrio estábamos más organizados, y pedíamos que se ubicaran en otro lado; no sé, más cerca de las rutas pero no en pleno centro, en un barrio lleno de chicos. Acá los travestis y prostitutas tienen sexo en cualquier lado", se quejó.
Pero no todos son tan contundentes. "Mirá, que trabajen acá no es lo ideal, pero bueno, cada cual que haga lo que quiera; lo que sí está mal es que no podamos venir con mis amigos o los chicos a la plaza a la tardecita porque viene un travesti y defeca en un árbol, eso me parece demasiado. Esas cosas no las puedo hacer ni yo ni nadie, y tampoco las deberían hacer los travestis. Es lo mismo que con el sexo, nadie lo hace en un zaguán o en la vereda", razonó Marisa, 36 años, con una pequeña hija.
A renglón seguido agregó que los domingos a la mañana es "imposible" caminar o pasear por la plaza por la cantidad de profilácticos que quedan tirados en el lugar, entre otros desechos.
Lorena, 34 años, un hijo, confió que la situación es "chocante", pero que con el tiempo se torna una costumbre. Es que la joven trabaja en un comercio de la esquina de Pasco y Sarmiento, con grandes ventanas vidriadas donde se exhiben somiers y todo tipo de colchones.
"Al principio me chocaba, porque a la tardecita se pasean por acá con la cola al aire, o se apoyan en los vidrios, pero bueno, lamentablemente uno se va acostumbrando, qué va a hacer. Es difícil, porque llevo a mi nene a un jardín de acá a dos cuadras", señaló.
Según Gustavo, 30 años y soltero, no hay inconvenientes con la actividad de las chicas. "Personalmente nunca tuve problemas, a mí no me han molestado. De todos modos, me parece correcto que la Municipalidad regule lo que pasa aquí todo el tiempo, fundamentalmente a la noche", dijo.
Curiosamente, para Augusto, 28 años, casado y titular de un local de materiales de la construcción frente a la plaza, la zona roja le "garantiza" seguridad a su comercio. "No me saquen a las chicas ¡por favor!, porque es la única manera de tener patrulleros toda la noche. Ellas me pidieron que después de las 10 de la noche les apague la luz de las vidrieras y yo se las apago, después a la madrugada ellas limpian y está todo bien, mientras tanto hay policías todo el tiempo", comentó.
Sin embargo, Osvaldo, de 57 años y tres hijos, embistió en contra de los gobiernos provincial y municipal. "¿Pero cómo...?, ¿ahora vamos a hacer zonas rojas para los travestis y las prostitutas? Entonces hagamos zonas para ladrones y no ladrones, zonas para sucios y para limpios. Si la prostitución no es legal no se la puede regular, es así de claro. Lo que pasa que los políticos son cualquier cosa, y siempre partimos desde el absurdo", se indignó. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La oferta sexual molesta a muchos vecinos de la zona roja. | | |