| miércoles, 14 de julio de 2004 | Central intenta vender a Herrera sin Squadra Gustavo Conti / La Capital La venta de Germán Gustavo Herrera espera y en torno a ella se desató una puja de intereses que amenazan la estabilidad económica auriazul y que por ende incide directamente en la realidad deportiva. Se sabe, Central dependió prácticamente desde el inicio de la convocatoria de acreedores de la empresa Squadra y ahora el vínculo parece resquebrajado. A partir de esto se tejieron las más variadas versiones, al punto que en las últimas horas los más altos directivos canallas marcaron determinada distancia de la firma porteña y buscan una alternativa para hacerse rápido de plata fresca.
Herrera fue ofrecido a San Lorenzo por Squadra, que a través de su venta pretendía recuperar parte del dinero invertido cuando la empresa hizo que Central recibiera un crédito de alrededor de 900.000 dólares (ya utilizado), con una tasa anual en la misma moneda, y por el cual el club puso a muchos jugadores como garantía de pago.
El cortocircuito entre Squadra y Central habría surgido por dos motivos. Uno de ellos fue que Squadra pretendía quedarse con los derechos económicos de Herrera, vendiendo el 50% del pase a San Lorenzo en 750.000 dólares, los cuáles quedarían para cubrir parte de la deuda canalla del crédito, pero Central aspiraba quedarse con parte de ese dinero, algo que la jueza a cargo del concurso de acreedores podía avalar, ya que es en definitiva la que decide el destino del dinero que entra, por más acuerdo de partes que haya.
Otro de los cortocircuitos habría surgido cuando San Lorenzo puso peros en encarar la compra del Chaqueño, ya que uno de los empresarios que en su momento adquirió los derechos económicos del jugador en la anterior gestión dirigencial canalla (esta comisión dijo que el pase del jugador fue vendido en su momento en más del 100%) le envió una carta documento a los santos advirtiéndoles de esa situación. Eso alertó a los directivos santos (como también les habría pasado a los de Racing) de que con la compra de Herrera podrían adquirir un problema a futuro, más allá de qué resuelva la jueza al respecto de la propiedad de los mentados derechos económicos de empresarios que invierten en el fútbol. Por eso, ahora los azulgranas rumbearon hacia Gabriel Batistuta (ver página 3).
Ante esta traba en la venta de Herrera, Squadra se habría puesto firme para que Central le ceda un importante porcentaje de los derechos económicos de Leonardo Talamonti, algo que los directivos auriazules no estaban dispuestos a hacer porque antes que al Oveja, a quien declararon en su momento intransferible, los nombres eran los del Chaqueño, Ferrari y Rivarola.
Central dependió todos estos meses de Squadra para llevar adelante económicamente el club y ahora también para traer refuerzos, al punto que Pablo Sánchez gestionó directamente con la empresa y lo mismo Clarence Acuña (ver página 5), mientras que Alejandro Meloño llegó con un costo muy bajo y también merced a la intervención de la controvertida empresa.
Algunas fuentes consultadas coinciden en aseverar que esta firma fue acercada al presidente Scarabino a través de un amigo -ex funcionario polémico de la provincia de Santa Fe-, y que debido a las últimas exigencias de Squadra, la que se presenta en cada operación que encara como gerenciadora de Central, la relación se fue deteriorando.
Anoche las informaciones que llegaban desde Buenos Aires eran que el vínculo entre Squadra y los directivos canallas pendía de un hilo, aunque ahora la preocupación por los integrantes de la firma pasaba por saber cómo continuar para recuperar el dinero invertido.
Si bien hasta ahora todo se hizo bajo la supervisión de la empresa, parece que los dirigentes canallas están dispuestos a encarar otros caminos para conseguir dinero fresco que garantice el funcionamiento de la entidad y empezar a devolver la plata prestada.
Tanto el vicepresidente primero Andrés Poli como el secretario Gonzalo Estévez resaltaron a este diario que Squadra asistió financieramente a Central pero que no tienen ninguna injerencia en las decisiones del club, un nuevo discurso que insinúa un cambio en la situación. Por eso mismo, en afán de marcar esa separación que augura una ruptura práctica, es que están tratando de vender a Herrera por otro lado.
Y la posibilidad más concreta es la de ceder parte del pase del Chaqueño a un nuevo grupo inversor que lo integraría Raúl Delgado, secretario de Medios en la era menemista, empresario que tendría el pase de Kilian Virviescas (cerca de cederlo a Newell's) y que podría acercar al arquero colombiano Robinson Zapata a Central, también de su propiedad.
Este grupo pondría el mismo dinero que ofertaba San Lorenzo y acortaría los plazos de pago. Las negociaciones estarían bien encaminadas, como las de Zapata y no la de Pablo Añaños, volante central de El Porvenir de 25 años, cuyo pase es de Squadra.
Central le debe mucho dinero a Squadra y el plazo del crédito se extiende hasta diciembre del 2005. Esa es la obligación posconcursal más importante que tiene el club y que de no cumplir podría llevarlo a la quiebra. Aunque la dirigencia está tranquila al respecto porque afirma que los plazos no los agobian, los canallas viven tiempos convulsionados y tratan de acomodarse lo mejor posible, mientras el técnico Víctor Púa empieza a desesperar. Al fin, todo desemboca en lo único que realmente importa: el equipo de la próxima temporada, hoy por hoy toda una incógnita. Como así el futuro institucional. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Herrera está en el medio de un conflicto de intereses. | | |