Primera práctica de fútbol y algunas conclusiones al paso

El Tolo ubicó a Manso volcado sobre la izquierda y al Mago Capria lo hizo jugar como conductor

Mauricio Tallone / La Capital

Por fin Gallego les dio el gusto a sus muchachos de darles la pelota, aunque sea por un buen rato. Lo que se vio ayer a la tarde en la cancha del Club del Valle no tuvo la rigurosidad de una práctica de fútbol propiamente dicha, pero algo menos rompió con la monotonía de correr, correr y correr sin más compañía que el frío. Ante ese escenario, chocar fuerzas once contra once se presentó como una ráfaga de aire fresco y de yapa, le sirvió al técnico para sacar algunas conclusiones primarias, pero conclusiones al fin.

En el reparto de pecheras optado por Gallego para llevar a cabo el primer trabajo, que consistió en ubicar a dos equipos separados en tres líneas en una cancha también marcada por cintas, los elegidos denunciaron algunas intenciones y certezas. Como que a Damián Manso el técnico lo contempla bien recostado por izquierda y que las pilchas de conductor están reservadas para el Mago Capria (metió un tiro libre fantástico). Por algo, en los veinte minutos de fútbol que precedieron al primer ejercicio, un conjunto alistó a: Pocrnjic, Domínguez, Ré, Formica, Belluschi, Zapata, Almaraz, Marino, Capria, Manso y Steinert. La defensa se paró con línea de tres pero muy elástica ya que Belluschi estaba obligado a retroceder cuando la pelota la tenían los rivales y se metía en la franja defensiva por la derecha. También hicieron algunas cositas interesantes cuando se juntaron el Piojo, el Mago y el Científico (Marino), pero sólo se trató de meros chispazos. Como habrá sido lo que se vio que Capria salió para dejarle su lugar a Iriarte y Vella, que estaba en el otro equipo, pasó a integrar la defensa. Entonces quedó con: Pocrnjic, Vella, Domínguez, Ré y Almaraz; Belluschi, Zapata, Iriarte, Marino; Manso y Steinert. Del otro lado, los once que hicieron de soporte empezaron con: Suárez (tiene pinta de buen arquero); Fondato, Spolli, Garay e Iriarte; Vella (lo reemplazó Villagra), Rosada, Penta y Torres; Calero y Borghello. Además del apuntado Vella, otros que siguieron el camino de las modificaciones fueron Formica e Iriarte.

Dentro de la informalidad en la que se jugó hubo espacio para que el pibe Garay lo agarrara adentro del área a Marino y el Tolo, infalible en su rol de árbitro, cobrara un penal más para ver al ejecutor que por la infracción en sí. Primero lo pateó y convirtió Marino y después lo reconvirtió Manso.

Para abonar la teoría de que lo de ayer sólo se trató de mover algo los músculos, el propio Tolo inició el partido marcando el terreno: "Muchachos, jueguen que acá nadie se está jugando el puesto", los alertó el DT, quien se la pasó gritando, dándole indicaciones a Iriarte "pasá, Hugo, pasá", reiteró. Al otro que tuvo alquilado fue a Marino.

Quizás lo único que debió lamentarse de la jornada fue la rápida salida del pibe Scocco y una recriminación que le hizo el técnico a Spolli por entrarle fuerte a Steinert.

A falta de la llegada de todos los refuerzos y con Patiño y Mauro Rosales en la Copa América, Gallego orejeó lo que tiene por ahora disponible y los tiró a la cancha por primera vez en Necochea. Seguramente antes del regreso a Rosario habrá otra posibilidad ver las cartas con las que dispone.

Manso la mueve y Capria maneja los tiempos del equipo.