| miércoles, 14 de julio de 2004 | Una amarga experiencia que ya vivieron otras personas Los dos casos de pacientes que ayer pasaron largas horas arriba de una ambulancia buscando un hospital donde ser internados no son una novedad en Rosario. Tan sólo hay que buscar en los archivos para encontrar que el año pasado un hombre de 62 años y una abuela de 71 también tuvieron la desagradable experiencia de pasar por situaciones similares. Es más, el hombre estuvo nada menos que 16 horas a bordo del móvil sanitario sufriendo un principio de infarto y la anciana seis, pero teniendo que soportar el dolor que le producía una fractura de cadera.
El primero de los casos se produjo el 30 de julio de 2003. El paciente, un hombre de 62 años que sufría una enfermedad cardíaca, estuvo deambulando 16 horas arriba de la ambulancia hasta que consiguió que lo internaran en el Hospital Centenario. Carecía de obra social, sufrió un principio de infarto en su casa de la zona sur de la ciudad y fue atendido por una ambulancia de la empresa Emerger, a bordo de la cual recorrió todos los hospitales públicos de Rosario y Granadero Baigorria escuchando una y otra vez que no había cama para internarlo. Finalmente fue admitido en el Centenario, pero igual siguió arriba de la ambulancia durante 12 horas y estacionado a metros de la guardia, ya que no tenían cama. La intervención de la Justicia puso fin a su calvario.
El segundo de los casos fue protagonizado el 12 de mayo del año pasado por una mujer de 71 años que estaba internada en un geriátrico de avenida Presidente Perón al 6600. La anciana sufrió una fractura de cadera y pasó más de seis horas arriba de una ambulancia de la empresa CGL hasta que consiguió ser internada.
A lo largo del periplo tuvo que escuchar que no había camas disponibles en los hospitales Eva Perón, el Centenario, el Clemente Alvarez y el Provincial. En esta oportunidad, el doloroso recorrido de la abuela terminó luego de que el por entonces ministro de Salud provincial, Fernando Bondesío, ordenó que se la internara en un efector público. enviar nota por e-mail | | |