| domingo, 11 de julio de 2004 | [Lecturas] Escrito y visto sobre el agua Poesía y fotografía. "Agua virgen", de fabricio Simeoni y Federico Tinivella. Menta producciones, Rosario, 2004 Lisandro González "Agua virgen" puede ser abordado tanto desde la trayectoria que viene recorriendo la poética de Fabricio Simeoni, como también desde su presencia (como libro objeto incluso) dentro de la literatura argentina y particularmente rosarina.
Este libro presenta dieciséis poemas, impresos en hojas de papel vegetal, que dejan entrever dieciséis respectivas fotografías de mujeres, presentadas a continuación de cada poema, con un tono sepia; más otras dos fotos (tapa y contratapa), con un muy acertado y cuidadoso diseño a cargo de Fernando H. Bottazzini.
Respecto a trabajos de textos con fotografías encontramos antecedentes en nuestra ciudad, como en "Retrato de poetas", de Ediciones Poesía de Rosario, o a nivel nacional los particulares libros de Gabriela Liffschitz: "Efectos colaterales" y "Recursos Humanos", entre otros trabajos. Pero donde radica la propuesta y originalidad de "Agua virgen" es en que la fotografía no está específicamente ilustrando los poemas, ni los poemas están concretamente escritos en base a las fotos, si no que son objetos artísticos individuales conformando a su vez un mismo corpus; situación que lleva a considerar al fotógrafo Federico Tinivella como coautor de esta obra. En tal sentido, viene a cuento lo dicho por el fotógrafo francés Robert Doisneau, respecto a que "poesía y fotografía están muy cerca: ambas tocan la cosa exacta, el lado inconsciente de esa cosa", y en esa dirección parecen ir en este caso.
Las fotografías reproducen cuerpos e imágenes femeninas, con un tono de delicadeza que revela una mirada impregnada de nostalgia frente a la mujer; mujer que tanto en lo visual como en los textos se vuelve metáfora del agua, y agua que a su vez se vuelve metáfora de la mujer, a lo que subyace cierta idea presocrática de comprender el mundo líquidamente. No es casual entonces que haya doce poemas con nombres o referencias específicas a mujeres, separados en tres grupos por los restantes cuatro poemas, cuyos títulos son "Otra Gota", El Charco", "Del Río" y "Desagüe".
Respecto a la evolución de la poética de Simeoni, en este libro su particular lenguaje con dejos corrosivos en cierta manera está atenuado, dando lugar a un Simeoni más lírico, más melancólico incluso, que observa que "cuando ella despierte/ este bostezo/ no habrá sido más que arena". Y así va recorriendo un mundo -goteando sobre un mundo- circundado por la presencia o la ausencia de la mujer: "otro agujero negro/ en una cama".
Pero no sólo es la melancolía del que escribe -o del que fotografía- sino que estas fotografías superan la mera mirada documental y nos muestran rostros y cuerpos que dibujan particulares muecas de nostalgia, que belleza mediante se convierten en gestos, de la misma manera que lo hacen las palabras cuando dicen "las veredas de barro/ supuran adagios".
Así los líquidos de estos versos no están quietos, si no que corren suavemente y en pendiente, y "buscan/ en su borde/ aquello que los contenga", que puede ser una mujer o algún atisbo de respuesta. Simeoni entonces va construyendo una erótica, pero también indaga sobre la vida y su contracara, como en el poema "Desagüe", de tono existencial, donde dice: "corre un río subterráneo/ sobre estas paredes calcadas/ el encierro es su afluente/ el entierro: donde desemboca." Y esta agua que se canta también puede ser la vida, o la vida dentro de la vida, donde "su vientre necesita de la gota", que puede incluso llevar a reminiscencias de tipo espiritual.
No obstante el tono general más lírico, la acidez de Simeoni se encuentra igualmente en estos versos, como cuando en una imagen intensa se anima "a fusionar/ arpegios de cera/ con crema de enjuague" o juega con la ironía cuando dice que no fue fácil "para Arquímides/ emerger de la hidrofobia".
Esta idea de lo líquido y la poesía no es nueva en Simeoni. Cuando le toca hablar sobre la poesía en el libro colectivo "Los que siguen" dice que "otra gota es como la anterior con la certeza de saber que cuando acabe su ciclo se habrá convertido en poema". Y en este libro el ritmo de los textos -y de las fotos- es de gotas lentas, que pese a lo fragmentario de los poemas, inscribe otro tiempo, atenuando la intensidad de la actual parafernalia de este tiempo.
Fabricio Simeoni ha publicado ya los libros de poesía "Rey Piojo" y Calambre de los descensos". Con este tercer libro hace una apuesta fuerte y sigue trabajando y consolidando una poética de particular brillo e importancia. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Las fotos de Tinivella conforman una obra paralela. | | |