| domingo, 11 de julio de 2004 | Primer poema "Yo cursaba la escuela secundaria, iba mañana y tarde al Colegio del Sagrado Corazón. Estaba cansado de la enseñanza enciclopédica que recibía, por lo que hacía recorridos por las librerías de viejo, sobre todo las de calle Mendoza y calle Rioja. Y en una de ellas encontré la revista Cosmorama", cuenta Hugo Padeletti.
"Había un número de teléfono y llamé. Me atendió Nélida Esther Oliva. «Venite», me dijo. Yo tenía una carpeta de poemas que nunca había mostrado, poemas de desahogo adolescente. Nos sentamos en un sofá a conversar, ella y Mario Briglia miraron los poemas y fue como que me adoptaron. «Bueno, vos qué leés», me preguntó Nélida. Y yo no había pasado de los modernistas y de algún clásico en la escuela. «Tenés que leer a Ricardo Molinari», me dijeron. Compré «Mundos de la madrugada», una antología de Losada, y empecé a leerlo. Al principio no lo entendía, pero fue una influencia favorable en la búsqueda fina de la palabra. También me hicieron leer a Rilke".
En medio de esas lecturas, Padeletti escribió "Misión". "Quedé tan conmovido por la experiencia y me gustó tanto lo que había escrito, que la llamé por teléfono a Nélida y le dije si podía verla. Le leí el poema y a ella le brillaron los ojos. «Hugo por fin, ¡esto es poesía!», dijo. El poema se publicó en el número 8 de Cosmorama. Fue el primer paso de una de las obras más importantes de la poesía argentina. enviar nota por e-mail | | |