Nuevas expectativas tras la crisis más profunda en 40 años

La industria automotriz vuelve a vivir

Ya se habla de cifras cercanas a las 300 mil unidades. El derrame impacta sobre el sector autopartista

Sanra Cicaré / La Capital

La industria automotriz que fabrica en el país y sus proveedoras cerrarán 2004 con un buen saldo a favor si se lo compara con lo que ocurrió en 2003 y prevén que el escenario será aun más favorable para el año que viene si la economía argentina sigue con un ritmo de crecimiento sostenido. Aunque aún falta medio año para que las cuentas definitivas cierren, el balance del primer semestre es por demás alentador y evidencia cómo una industria que arrancó más tarde en la reactivación respecto del resto de la producción manufacturera hoy lidera el crecimiento.

Según los últimos datos difundidos por la Asociación de Fábricas de Automotores de la Argentina (Adefa), sólo en el primer semestre de este año la producción nacional de autos fue de 112.907 unidades, una cifra que está muy cerca de la fabricación total del 2003, que llegó a las 162 mil unidades.

Según las previsiones de la entidad y de las propias terminales, el mercado argentino de autos este año alcanzará las 250 y para los más optimistas, el la producción llegará a las 290 mil unidades.

Esa buena performance provoca un efecto multiplicador en otros sectores, ya que de la mano del crecimiento de producción en las terminales, sus proveedores metalmecánicos también reciben las mieles de esta situación.

En muchos casos el incremento en la actividad que tuvieron las industrias proveedoras es superior al que registró la propia producción automotriz en la Argentina, debido a que la mayoría no sólo atiende al mercado interno sino además a fábricas que están asentadas en el exterior, tanto en el Mercosur como en Europa.

Las terminales ven con buenos ojos el crecimiento que mes a mes se registró este año en la producción, mucho más si se la compara con un mercado tan deprimido como el del año pasado, pero de todos modos, advierten que aún falta un trecho por recorrer como para decir que el mercado vuelva a un lugar óptimo, una percepción que de acuerdo a lo que manifestaron se producirá recién a partir de los 300 mil autos.

"Este año fue un mercado importante respecto de 2003 que fue trágico para este sector, casi el más bajo de los últimos cuarenta años", señaló el director de General Motors, Alberto García Carmona.

"Aún el mercado no nos conforma, ya que un mercado interesante, teniendo en cuenta la cantidad de empresas y el potencial de crecimiento de las fábricas en el país, son los 300 mil autos", agregó.

Por su parte, el director de relaciones internas de Fiat -que ahora no fabrica en el país- Javier Vernengo, también dio cuenta de esta sensación que se vive en la industria. "Si bien la situación mejoró y la recuperación del sector fue muy rápida, estamos muy lejos todavía del mercado de los 90 que estaba en las 500 mil unidades y con fábricas con capacidad instalada para producir 700 mil", dijo.


Previsiones mayores
Desde la Ford, se manifestaron más optimistas. El director de relaciones institucionales de la automotriz, Rodolfo Ceretti, apuntó que no coinciden con las previsiones de Adefa de un mercado de 250 mil autos para este año y creen que se llegará a las 290 mil unidades.

También fue el único que se arriesgó a dar una previsión para el año que viene. "Si se observan las cifras anualizadas de los últimos tres meses y se mantiene el nivel de crecimiento de la economía, la industria estaría alrededor de las 310 mil unidades, lo que representaría un 10% más que este año", dijo Ceretti. Aunque aclaró que una vez alcanzada esa meta "lo más probable es que el crecimiento del mercado interno sea más moderado".

La industria automotriz local arrancó rezagada en los indicadores generales de la producción manufacturera argentina y la primera etapa de su recuperación se concentró esencialmente en dos segmentos: el comercial (especialmente pick ups) debido al aumento de la demanda de parte del sector agropecuario; y por otro lado, el de los autos chicos y baratos, provocado por el aumento de la confianza de los consumidores que hoy tienen mejores previsiones de la economía y la reaparición del crédito.

"El salto grande se da por el mayor acceso al crédito y a la capacidad de la gente para endeudarse", agregó Vernengo.

En tanto Ceretti de Ford explicó que "la gente del campo primero cambió sus máquinas y tractores y este año se volcó a comprar pick ups, que utiliza no sólo para tareas relacionadas con el trabajo sino además como vehículo personal".

Mientras que en el segmento de los autos chicos y de menor precios, "vemos que se trata de gente que no llega por primera vez al auto sino que fue postergando su renovación, ahorró el dinero y ahora la hizo. Esto queda demostrado en que se dio un fuerte crecimiento en las ventas de contado", agregó el directivo de la automotriz.

Para el segundo semestre, como ocurre estacionalmente, la producción puede desacelerar algo ya que el mercado automotriz baja en los meses de noviembre y diciembre. Para García Carmona de GM, "la merma será pareja en todos los sectores, pese a que el crecimiento inicialmente se dio más en los vehículos comerciales".


El efecto derrame
Para el ejecutivo de GM, el crecimiento del resto de los sectores de la industria no es un fenómeno aislado sino que en parte está ligado al efecto "multiplicador" de la producción automotriz, que genera mucho valor agregado. "Cualquier venta de vehículos de parte de la industria hacen que aumenten exponencialmente otros sectores", señaló García Carmona.

Las empresas proveedoras de la industria automotriz no dudan de esta situación. "El sector autopartista se está moviendo al mismo ritmo o incluso un poco más que la industria automotriz", dijo Bernardo Basílico titular de Fundemap. "En nuestro rubro, creemos que el crecimiento será antes de llegar a fin de año un 40% más respecto del anterior", agregó el empresario que provee a firmas a su vez proveedoras de las terminales líneas de alternadores y piezas para alza cristales.

La devaluación y el proceso de sustitución de importaciones que trajo aparejada vino como anillo al dedo a los industriales metalúrgicos entre los que se encuentran los autopartistas. "Lo que impulsó el crecimiento de nuestro sector fue la nacionalización de piezas, que antes eran importadas y ahora a las terminales les conviene fabricarlas en el país", explicó Omar Berrocal, uno de los titulares de la firma Modelar, que provee de herramentales a firmas proveedoras de las automotrices.

Por otro lado, otro segmento que movió la actividad de los industriales autopartistas pasó también por los proyectos de unidades nuevas. Berrocal explicó que se trata de planes de más largo plazo pero que en la industria metalúrgica se siente mucho antes, ya que para autos que saldrán al mercado en 2007 ya se están presupuestando las herramentales.

Pero además del equipamiento para la producción de autos nuevos, los proveedores también salieron beneficiados con el mercado de reposición. "Al venderse más autos a nosotros nos repercute positivamente porque hay más unidades en uso, más choques y eso demanda repuestos", dijo Artemio Nágera, titular de la empresa rosarina NGR que provee de paragolpes de plástico para el mercado de reposición y exporta sus productos a lugares como Turquía, Italia o Brasil.

Por otra parte, la empresa fue homologada por la multinacional Volskwagen de Brasil para proveerles de los paragolpes de repuestos para algunos de sus modelos cariocas.

El empresario estimó que si se mantiene el actual nivel de demanda "el año que viene el mercado andará muy bien", producto de la reactivación y de la recuperación del consumo en el mercado interno.

El sector automotriz provoca un efecto multiplicador.