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 miércoles, 07 de julio de 2004

La visita. La euforia de la gente produjo destrozos en el teatro El Círculo
El fervor K colmó el teatro de militantes políticos y piqueteros
Bombos, papelitos, apretujones y consignas calentaron ayer el clima en el acto que encabezó Kirchner

Otra vez. La visita presidencial generó fervor, emoción y Néstor Kirchner se contagió de la euforia de la gente. Cuando terminó su discurso, cerca de las 20 de ayer, se lanzó desde el escenario a la platea como si fuera un cantante de rock'n roll. El público se le abalanzó y, en medio de la avalancha, quedaron destrozadas varias butacas de la primera y segunda fila de la sala también elegida como sede para el III Congreso de la Lengua Española. De hecho horas antes del acto se estaban haciendo tareas de restauración con vistas a ese megaencuentro. Esta circunstancia fue el corolario de una jornada vertiginosa.

Minutos después de las 18, el primer mandatario arribó en el avión Tango 01 al Aeropuerto Internacional Rosario (AIR). Tras hablar brevemente con los periodistas, se dirigió en combi hacia el teatro. Poco tiempo antes aún había versiones oficiales que indicaban que llegaría al helipuerto de la Prefectura Naval Argentina (Sargento Cabral y el río). Allí lo aguardaba un grupo gendarmes, atentos al "inminente" arribo del jefe de Estado. Sin embargo, uno de ellos informó de una novedad de último momento. "El presidente llegará por vía terrestre (desde el aeropuerto)", dijo. Lo llamativo es que al dato lo había escuchado por radio, de boca de un periodista. En efecto, la organización dejó espacios vacíos.

Mientras tanto, la gente esperaba desde temprano en las inmediaciones del sitio elegido para el acto. "Ya sobre el mediodía había cola", contó un testigo a La Capital. Por esas horas, también se desarrollaba un operativo de control vehicular en la zona.

No obstante, el mayor movimiento comenzó a evidenciarse apenas empezaron a acercarse las columnas de militantes políticos y sociales. Las pancartas y los redoblantes lo decían todo. "Somos más o menos 500", aseguró uno de los dirigentes del movimiento piquetero Barrios de Pie. A ellos se les sumó la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) y Patria Libre. Aunque, la presencia justicialista del Frente por la Victoria, le puso al panorama la estampa peronista que faltaba. Y, en ese marco, la gente: mujeres y hombres sin banderías partidarias. "Vine en forma personal para poder escuchar lo que el presidente traerá a Rosario y sobre todo para apoyar un gobierno democrático que después podremos cambiar, si es que no va bien", expresó Elba (45) del centro, a modo de ejemplo general.

La decisión de ofrecer el teatro para el acto produjo temor desde el principio. "Justo ahora que está siendo restaurado", se escuchó. El centenario ámbito cultural no parecía el lugar ideal para una actividad que tuvo fuertes matices de trinchera política. Adentro, había banderas y pancartas colgadas por todos lados, en medio de las tulipas y el terciopelo de la sala que supo albergar al emblemático Enrico Caruso. No obstante, el acto se desarrolló sin inconvenientes mayores, a la vista de las mas altas autoridades de la Nación, la provincia y el gobierno municipal.

Un manifestante pretendió ingresar con una bomba de estruendo, pero se la sacaron poco antes. Casi 10 butacas terminaron destruidas y, al parecer, desaparecieron algunos elementos de la sala, aunque de poco valor.

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Una diez butacas terminaron rotas, justo en el lugar reservado para Protocolo.

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