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 domingo, 04 de julio de 2004

Mal olor en Las Flores. Investigan si hay falsedad ideológica en un sonado procedimiento que tiene cinco detenidos
Sospecha de que plantaron testigos y pruebas en un megaoperativo policial
Dos hombres firman atestiguando 16 allanamientos simultáneos. Si hubo falsedad, caerán las causas judiciales

Sergio M. Naymark / La Capital

Hace algo más de un mes, un centenar de policías llegó al barrio Las Flores y desplegó un megaoperativo que incluyó una veintena de allanamientos ordenados por la justicia correccional en el marco de una causa por amenazas. El objetivo era dar con un hombre que, como dijeron entonces algunos vecinos, se había volado del lugar. Sin embargo, como resultado de los procedimientos fueron detenidas seis personas: una de ellas por tenencia de armas de guerra, otra por acopio de armas de uso civil y cuatro más por posesión de drogas. Pocos días después, habitantes de la zona copada por los uniformados denunciaron avasallamientos y malos tratos sufridos durante aquella fría mañana de mayo en la que, sostuvieron, "se plantaron pruebas" para justificar las detenciones. Ahora de los expedientes tribunalicios brotan enormes dudas sobre el accionar de la policía. Es que, entre otras cosas, los testigos que "presenciaron" los allanamientos y firmaron las actas dejaron traslucir que no estuvieron en los lugares requisados cuando las "pruebas" eran encontradas.

De ser así, lo sostenido por los vecinos sobre la inexistencia de testigos y la fabricación de pruebas sería cierto y todo el proceso se caería como un castillo de naipes. El jueves pasado, durante un careo, ambos testigos admitieron haber estado en cuatro allanamientos, aunque ellos rubrican su presencia en doce más. El martes que viene ante el juez estarán los responsables policiales. La sospecha es que, con imputaciones falsas y evidencias plantadas, se pudo poner a inocentes en situación de ser condenados.

"Yo no quiero a los delincuentes en la calle, pero que cuando los apresen sea con la ley en la mano". Lo dijo José Fulladoza, el abogado de las seis personas detenidas el pasado 28 de mayo, quien de la lectura de los expedientes concluye que "hay vicios tremendos que deberían llevar a la nulidad de todo el procedimiento". Cinco de esas seis personas siguen presas.


La irrupción
En la edición de La Capital del pasado jueves 3 de junio, los vecinos de Estrella Federal al 1900, epicentro de los procedimientos policiales del 28 de mayo, revelaron que los uniformados llegaron al lugar con órdenes de allanamiento sin precisiones acerca de la numeración de las viviendas, que derribaron las puertas a patadas y que, en algunos casos, hasta golpearon a menores de edad a los que les vaciaron y rompieron mochilas escolares para obligarlos a decirles que escondían en sus humildes viviendas.

Como corolario de seis horas de invasión, seis personas marcharon presas. María Rosa Zárate; su esposo, Alcides López; y sus hijos Juan Alberto y Diego Alejandro, por que en su vivienda de Estrella Federal 1924 la policía dijo haber encontrado casi 4 kilos de marihuana compactada. Todos ellos están alojados en la cárcel de Ezeiza a disposición de la Justicia Federal. María del Carmen Contreras fue detenida por el hallazgo en su casa de un revólver calibre 38 con tres proyectiles intactos. Y Vilma Vanesa Reyna porque tenía en su poder un revólver calibre 32, otro calibre 22, un envase plástico con seis cartuchos para ese arma y un cañón de pistola 9 milímetros. Ambas mujeres están a disposición del juez de Instrucción número 14, Adolfo Prunoto Laborde, quien excarceló a la primera por la imputación que le cupo: tenencia simple de arma de uso de guerra.

Pero, ¿qué podría tirar por la borda todo el procedimiento? "Fundamentalmente la participación de los dos testigos que dicen haber estado presentes en 16 de los 20 allanamientos realizados aquel día", sostiene Fulladoza. Y al respecto agrega: "es muy extraña la forma en que los dos hombres que resultan testigos se hacen presentes en el lugar de los hechos y de la documentación del expediente y sus testimonios resulta que no han estado in situ en aquellos lugares dónde se hallaron las pruebas que incriminan a la gente detenida".

Los dos hombres que firmaron las actas policiales son Norberto Félix R., de profesión mecánico; y Carlos Oscar O., amigo y vecino del primero y dedicado a la reparación de artefactos de investigación. El primer dato que tiende un manto de sospecha sobre estos amigos y vecinos entre sí, es que no viven en cercanías de Las Flores sino a sólo 300 metros del cuartel central de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), la fuerza que llevó adelante el operativo.

Además, según testimoniaron ambos ante la Justicia, aquella mañana del 28 de mayo iban en su auto hacia la ciudad de Villa Constitución donde pretendían ver y comprar un auto de carrera. "Veníamos por avenida de Circunvalación y cuándo estábamos llegando cerca de la bajada a la autopista que teníamos que tomar vimos en el barrio mucho movimiento de policías, así que por curiosidad paramos para ver", relató Carlos S.. También agregaron que "todavía era oscuro" y que "los móviles venían por Circunvalación, nos pasaron y doblaron para el barrio Las Flores, y allí los seguimos".

Cabría preguntarse desde el sentido común si la curiosidad puede alterar el destino de dos hombres que tienen por delante una hora de viaje para ver un auto de carrera. Y también, ¿cómo hicieron para ver que los móviles ingresaban a Las Flores cuando la entrada al barrio está a la altura de calle España (y los allanamientos se hicieron en el extremo sureste del barrio) y ellos debían descender en la autopista a Buenos Aires? ¿Eran lo suficientemente audaces para ingresar a un barrio considerado peligroso cuándo aún era oscuro?, según ellos afirmaron.

No obstante ello, los testigos dicen haber seguido a los patrulleros y que en un momento, ya en el lugar de los procedimientos fueron "iluminados con una linterna por un policía que nos pidió los documentos y nos dijo que íbamos a salir de testigos". Norberto R., en su testimonio, afirmó: "Yo no quería saber nada con los móviles, pero al intentar salir se nos cruzó un Peugeot 504 y nos obligaron a ser testigos...nos llevaron obligadamente".

Así las cosas, la permanencia de Norberto y Carlos en Las Flores se prolongó entre las 6.30 y las 9.30 de aquel 28 de mayo, hora en la que -ellos testimoniaron- pudieron seguir viaje hacia Villa Constitución. Sin embargo, según las actas redactadas por la policía, todo el operativo culminó pasado el mediodía. Entonces: ¿quién atestiguó el resto de los allanamientos?


¿Y las pruebas?
Del testimonio de Carlos S. surge otra sospecha hacia el operativo. El hombre dice: "concretamente vimos tres casas y allí mismo hicieron actas y las firmamos". De lo que el testigo no puede dar fe es de cómo hizo él y su amigo Carlos para estar en 20 allanamientos a la vez, tal cual lo exige el Código de Procedimientos al sostener que los testigos deben presenciar la requisa desde su inicio hasta su finalización.

Una mirada a la planilla horaria que figura en el expediente con la firma del oficial principal Norberto Rubén Rodríguez ratifica esa falencia operativa. Los testigos estuvieron a las 6.50 en una vivienda de Caña de Ambar al 1800 y 10 minutos después, a las 7, intervinieron simultáneamente en dos casas de Estrella Federal al 1900. En una de estas últimas propiedades la policía halló los 4 kilos de marihuana.

Pero si el tema horario no alcanza para poner en duda la presencia de los testigos, sus palabras en los tribunales aclararán más las cosas. "En Estrella Federal 1945 (la casa de María del Carmen Contreras, imputada por tenencia ilegal de arma de fuego) cuando la policía halló el arma nos llamó a mí y a mi amigo que estábamos en la vereda, entramos hasta el dormitorio y el policía nos dice: «miren, esto es lo que encontramos acá», señalando un mueble arriba del cual estaba el arma. Yo no vi cuando la extrajeron del mueble, vi cuando estaba sobre la cómoda", aseguró Carlos S. Sin embargo, en el acta policial consta que el revólver estaba "dentro de un ropero del dormitorio matrimonial".

También, sobre ese procedimiento, el testigo dijo que dentro de la casa "había tres o cuatro personas, una o dos mujeres. Estaban todos boca abajo en el piso y tapados con sus ropas. Los policías eran cinco o seis, todos uniformados de combate y uno de ellos me señaló el revólver". El acta indica que el allanamiento se inició a las 6.55 y culminó a las 8.10. Fue firmada por los testigos, que por entonces ya habían estado presentes en al menos cinco nuevas requisas.


¿Dónde estaban las armas?
En cuanto al procedimiento en la vivienda de Estrella Federal 1978 (Vilma Reyna, imputada de acopio de armas de guerra) el testigo en sospecha sostuvo: "Cuando entré vi sobre la mesa de la cocina los dos revólveres, las balas y un pedazo de fierro. Había cuatro personas en el piso y seis policías vestidos igual que en la otra casa". El hombre no pudo precisar el lugar en el cual hallaron las armas. "Cuando yo ingreso veo todas las cosas sobre la mesa de la cocina, no se dónde las encontraron". Al respecto, el parte preventivo de la policía explica que "el cañón limado de pistola 9 milímetros fue hallado escondido en la parte superior de un botiquín y los dos revólveres y las balas en un ropero". Este procedimiento se inició a la 6.50 y concluyó a las 9.15. ¿Dónde estaban los testigos?

Por si faltaran pruebas, respecto del allanamiento en la casa de la familia López (dónde fue hallada la droga) los testigos reconocieron los bolsos donde se escondía presuntamente la marihuana y manifiestan: "El bolso azul estaba dentro del roperito en el dormitorio, mezclado entre las ropas y la mochila negra detrás de la cocina y tapada con trapos". Pero fuentes de la pesquisa contaron a La Capital que los estupefacientes "se escondían debajo de una cama". También aseguran haber escuchado a la dueña de casa (actualmente presa) decir: "Todo ésto me pasa por hacer un favor".

Claro que la mujer llegó al lugar cuando el procedimiento llegaba a su fin, a las 9.30, porque había ido a cobrar un plan social. En la vivienda sólo estaban sus seis hijos, los que según denuncias de los vecinos fueron brutalmente golpeados y maniatados por los policías, y su esposo trabajaba a esa hora en una obra en construcción de la zona norte hasta donde fue la policía a buscarlo para llevarlo detenido. Pero los testigos siempre sostuvieron que ellos fueron desafectados a esa misma hora, las 9.30 de una mañana de mayo muy fría y con la suficiente neblina como para tapar algunas irregularidades.



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El 28 de mayo más de cien policías allanaron 20 viviendas en Las Flores.

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