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 domingo, 04 de julio de 2004

Servicios. Creció en los últimos dos años el tráfico de turistas de fin de semana. Empresarios reclaman acciones públicas para promocionar la ciudad
Turismo, un negocio para mirar con ganas
En el sector público y privado coinciden en que el segmento de turistas extranjeros es un nicho de mercado donde Rosario tiene chances de crecer

Sandra Cicaré / La Capital

-"Disculpe, ¿usted sabe dónde podemos encontrar una calesita o un lugar de juegos cerca para los chicos?", preguntó la mujer que promediaba los 40 años.

-"Por aquí cerca hay un shopping o si prefiere al aire libre tiene a pocas cuadras una plaza frente al río..." ¿Pero dígame, de dónde es usted?", inquirió la vendedora de un comercio rosarino.

-"De Merlo, provincia de Buenos Aires", dijo la mujer "estamos de visita el fin de semana conociendo la ciudad", agregó.

El diálogo es una de las tantas postales que reflejan un fenómeno que se repite cada fin de semana en Rosario mayor frecuencia: la llegada de turistas que encuentran en la ciudad un destino ideal para escapadas cortas en las que pueden disfrutar de una oferta cultural y de servicios variada, entretenimientos, gastronomía a menor precio, grandes centros de consumo (shoppings y centros comerciales) y atractivos históricos y naturales para nada despreciables.

Los números concretos corroboran esta percepción "callejera" que tienen los rosarinos, especialmente marcada cuando hay feriados de por medio. Los datos aportados por los principales hoteles de Rosario indican que a partir de este año, la ocupación los fines de semana oscila entre el 50 y 55% promedio.

Aunque los niveles están muy por debajo de lo que ocurre durante la semana, donde la plaza hotelera rosarina está ocupada por encima del 70 por ciento especialmente por el turismo corporativo (empresarios, congresos, etcétera), la situación no es nada despreciable. Mucho más si se tiene en cuenta que hace dos años, en plena crisis, el porcentaje de ocupación era similar durante la semana pero no superaba el 20 por ciento los sábados y domingos.

Aún así los empresarios del rubro hotelero creen que aún hay mucho por hacer por el turismo de fin de semana en la ciudad y sostienen que Rosario puede aspirar a captar un mercado mucho más amplio, no sólo de cabotaje sino además de carácter internacional.

"Todavía estamos pobres en alojamiento los fines de semana. Como promedio en nuestros hoteles tenemos una ocupación del 70% durante la semana y no supera el 45 o 50% los fines de semana", señaló Fernando Bach, coordinador de Hoteles Solans que en Rosario tiene los hoteles Libertador, Riviera, Presidente y República.

El titular del Hotel Plaza Real, Carlos Cristini, explicó el último fin de semana largo del año 2002 (12 de octubre) marcó un quiebre en la tendencia y a partir de allí se notó un incremento en la ocupación los fines de semana.

Aunque marcó la misma tendencia que su colega y explicó que en estos días el alojamiento "alcanza un piso del 45 aunque hay techos del 75% cuando coincide con eventos especiales" como congresos o encuentros multitudinarios.

Aunque las acciones por posicionar aún más a la ciudad como un destino turístico demandan un trabajo conjunto entre el sector público y privado las cosas no siempre son así. "Rosario vino creciendo en este sentido con un gran esfuerzo del sector privado", reveló un funcionario del sector, una percepción que coincide con la que tienen los empresarios del rubro hotelero.

De todos modos, desde las dos puntas coinciden que los "magros presupuestos" que tienen las dependencias provinciales y municipales destinadas al turismo, acotan las posibilidades de acciones de mayor peso.

"El turismo de fin de semana que es realmente interesante está poco explotado en Rosario", explicó Bach, quien coincidió en que desde la cadena de hoteles que coordina se realizaron acciones propias para vender la ciudad como una propuesta "para escapada de fin de semana".

Para eso también encararon una campaña puertas adentro con el personal de los cuatro hoteles para que éstos conozcan las ofertas culturales y naturales de la ciudad. "Hicimos un manual de todo lo que se puede hacer, que va desde clases privadas de golf hasta city tur en italiano, por citar algunas cosas", agregó Bach.

Por su parte, Cristini rescató el hecho de que "cada día hay mayor nivel de ofertas y empezó a haber guías de espectáculos, de negocios o circuitos de identificación con calles -algo que un año atrás no existía- aún la presencia de guías turísticos es bastante pobre".

"Sería interesante que haya más presencia de promoción en las zonas clave como el Monumento, el puerto o algunos ingresos a la ciudad", agregó el empresario.

Turistas fotografiando el Monumento a la Bandera o consultando sobre calles o centros de consumo. Restaurantes sembrados de caras foráneas y espectáculos poblados con un público que no es de Rosario. Esto es lo que hoy tiene la ciudad los fines de semana "sin haber hecho demasiado", según dicen los empresarios y menos los políticos.

Pero para potenciar este fenómeno de la denominada "industria sin chimeneas" se necesitan acciones coordinadas y un horizonte claro hacia qué mercado apuntar.

"Hoy hay tres segmentos en materia de turismo", explicó el economista Eduardo Remolins. "Está la gente que viene de ciudades cercanas a Rosario en un radio de 200 kilómetros, generalmente ligada al campo que está pasando por un buen momento económico y viene a consumir servicios en la ciudad, porque se trata de un lugar cercano a su realidad y más amigable", agregó.

Por otra parte, "está el turista porteño que sale de Buenos Aires en busca de entretenimiento (teatro, cine, música, gastronomía) que está cerca y es mucho más barata", agregó el economista.

Y finalmente, "hay un tercer mercado que es el extranjero, la mayoría entra al país por Buenos Aires que llega a Rosario por la cercanía y como uno de los centros urbanos grandes del país", agregó.

A su juicio, en este último segmento la ciudad tiene mucho por aprovechar. "El grueso del turismo que llega por avión a Buenos Aires es nuestro mercado", señaló Remolins, ya que los que cruzan vía carretera por Chile apuntan más a Mendoza o los brasileños al norte del país.

En este sentido, también hay dos aspectos por trabajar. "Mejorar la oferta de hospedaje para el turista gasolero (mochileros) que utilizan los hostel que en la ciudad no hay y, por otro lado, al segmento de mayores ingresos, desarrollando ofertas más sofisticadas como turismo rural de alto nivel, circuitos de pesca en las islas o incluso la organización de festivales internacionales que queden en la agenda mundial y posicionen a la ciudad en los circuitos externos", precisó el economista.

Para el titular del Ente Turístico Rosario (Etur), Juan Nyfenegger, lo que Rosario ya tiene no es menor. "Los turistas ya tienen a la ciudad como una marca, un destino", dijo el funcionario municipal y aclaró que esto representa un impacto económico importante. ¿Por qué?. "En Rosario hay una oferta hotelera de entre 6.000 y 6.500 camas y si consideramos la media de ocupación entre el 60 y 70% diaria, estamos teniendo entre 3.000 y 3.200 personas alojadas en nuestra plaza", dijo.

Explicó que ésto representa anualmente un número de visitantes superior al millón de personas. "Si estimamos que realizan un gasto promedio diario de 80 pesos, los números son significativos", dijo Nyfenegger.

En este punto, el funcionario no hizo distinción de turismo de fin de semana y aquel que llega a la ciudad durante la semana. "Sucede que mundialmente hay una nueva definición de turista y se refiere a aquella persona que por cualquier razón se hospeda al menos una noche en un lugar", dijo.

Aunque reconoció que hay que trabajar aún más para ganar ese target que ya tiene la ciudad en cuanto a turismo de argentinos, también hizo hincapié en la necesidad de apuntar al mercado de los visitantes extranjeros como un nicho a captar por la ciudad de Rosario.

"En el turismo internacional veo mayores posibilidades de crecimiento, ya que se trata de visitantes que van a los íconos turísticos de la Nación y Rosario debe posicionarse allí", dijo.

En este sentido, Cristini señaló que Rosario puede aprovechar su condición de destino corto. "Como esta no es una plaza para una permanencia larga, cuando se arman los paquetes turísticos internacionales para visitar el país, Rosario permite un balance de costos en la oferta total debido a que los precios son más bajos que en otros destinos top como Calafate, Ushuaia o incluso Buenos Aires", dijo el empresario.

El negocio del turismo como una actividad productiva está en la agenda del gobierno nacional. En rigor, el sector es uno de los principales motores de la economía argentina ya que aporta el 7,7 por ciento del producto bruto interno (PBI) del país.

Con la idea de no dejar pasar este tren, desde el Etur explicaron que están trabajando en acciones concretas para convertir al turismo en un impulsor de las finanzas locales. Nyfenegger explicó que el organismo está en negociación con los privados para instalar un hostel -que ubican a la ciudad en las guías internacionales- para el turismo "deambulante". "Encontramos eco para que un par de casas se acondicionen para este tipo de emprendimiento", relató Nyfenegger.

A la hora de citar otras acciones recordó el mapa de la ciudad para la comunidad gay. "Es el segundo en el país y algo que nunca se hizo", dijo.

Pero no sólo se trata de una cuestión local, sino que involucra a toda la provincia. Por caso, el titular de la Dirección de Turismo de Santa Fe, Miguel Harraca, explicó que a nivel provincial están presentando un plan para generar receptivos en Rosario, esto es, centros de información (de todo tipo) en lugares estratégicos de ingreso de turistas a la ciudad.

Explicó al respecto que con fondos del Consejo Federal de Inversiones (CFI) están poniendo en marcha planes de concientización para todos los sectores vinculados con el turista como hoteleros, taxistas, choferes de colectivos, empleados de bares y restaurantes e incluso las patrullas urbanas.

Se trata de que la ciudad se prepare, sin prisa pero sin pausa, para convertirse en un centro receptor de turistas (nacionales y extranjeros) y sepa aprovechar ese fenómeno que redundará -y ya lo está haciendo- en beneficios para todos los sectores de la economía.

Quizás el próximo Congreso de la Lengua española, sirva como un ensayo.

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El Monumento, un símbolo del turismo de la ciudad.

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