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 miércoles, 30 de junio de 2004

El idioma de los puños para robar a una anciana
Tiene 79 años y vive en la parte trasera de un instituto. La maniataron y sacaron alhajas por 4 mil pesos

Media hora antes del mediodía de ayer, Emiliano Tempestini llegó junto a su novia a una escuela de cocina de la zona sur. El muchacho es uno de los profesores del instituto y debía buscar una receta. Se sorprendió cuando lo recibió un joven que dijo ser un carpintero y primero le impidió el paso. A pesar de que el desconocido lo amenazó con que llamaría a la policía, el maestro entró al local. El docente se fue casi al mismo tiempo que el intruso dejaba la vivienda. Un rato después, se enteró de que adentro había quedado la dueña de casa. La habían asaltado y estaba maniatada y golpeada. Su agresor había sido el carpintero que había atendido a Tempestini. Quien se llevó 600 pesos y alhajas por un valor de 4 mil pesos.

La escuela-taller Formador de Chef Valenti funciona en la parte delantera de una casa ubicada en Maipú 3342. En la parte de atrás vive María Elena Ramírez, de 79 años, quien estaba sola en la casa. Cerca de las 11.30 de ayer, un muchacho morocho y de pelo corto tocó el timbre. La mujer oyó un planteo atendible y le franqueó el paso. "Me preguntó por Emiliano (el profesor del instituto) y lo dejé pasar porque me dijo que lo esperaría", explicó María con voz pausada y temblorosa.

Ella y el desconocido se sentaron en el comedor y entonces el joven comenzó a interpelarla. "¿Vos tenés plata?", preguntó en un tono imperativo. La anciana negó. Allí el visitante hizo gala de sus saberes sobre los movimientos de la familia Valenti. "Vos tenés una caja fuerte", afirmó.

Asustada, sin muchas variantes, María admitió la existencia del cofre. El intruso ya no esperó más, apoyó una de sus manos en el pulóver para que la mujer creyera que tenía un arma. "Dame la plata o te mato", la intimidó.

La anciana estaba desesperada y sus gritos clamando ayuda resonaban en el comedor de la casa. Entonces, el joven de un 1 metro setenta le ató las manos con un pulóver de su esposo y las piernas con el cable del teléfono. María quedó a merced del ladrón en la cama de su habitación y debió decirle al maleante dónde estaba la caja de seguridad. El ladrón caminó hasta la otra pieza y abrió a martillazos la caja fuerte empotrada en una de las paredes. Antes le había asestado algunos puñetazos en la cara a la mujer.

Con la caja de seguridad abierta, sólo tuvo que recoger el efectivo y todas las joyas guardadas. "Se llevó un medallón que pensaba vender para cambiar el auto", se lamentó el marido de María, Juan Carlos Valenti, de 67 años. Después, cerró la puerta con llave y huyó en una bicicleta.

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María Elena Ramírez, la mujer asaltada.

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