| domingo, 20 de junio de 2004 | | El abogado que se puso amarillo Una curiosa disputa se ha entablado entre un reconocido abogado del foro rosarino y un prestigioso restaurante del centro. Es que el hombre de ley sufrió una experiencia que difícilmente pueda olvidar, y que podría recordar como el día que se puso amarillo. La historia se inició cuando el doctor, que por sus repetidos viajes a Roldán suele almorzar en Rosario, decidió poner fin a su rutina de comidas típicas e imitar a un colega al que había sorprendido solicitando un plato común, sopa, pero con un agregado extraño: un huevo poché adentro. Tal vez por curiosidad, nuestro abogado pidió lo mismo y una vez que se lo trajeron ocurrió lo inesperado: cuentan que fue la segunda cucharada la que hizo explotar al producto avícola como si fuera una bomba ("¡qué me hicieron, qué me hicieron", exclamaba el letrado, casi al borde del grito, mientras contemplaba su traje gris ahora teñido de amarillo). Y hasta el vidrio de una ventana cercana quedó todo manchado. La vergüenza por lo sucedido pudo más que su apetito y sus deseos de litigar en el momento, por lo que se marchó más rápido de lo que había llegado. Las empleadas de su estudio que lo acompañaban no podían salir de su asombro. Dicen que es tanta su bronca que el día después del clásico Boca-River, cuando vio a unos pollitos en un cartel de publicidad, creyó que la cargada era para él. Y que hasta la luz intermedia de los semáforos lo pone de mal humor. Entre sus amigos nadie se anima a preguntarle quién está primero, si el huevo o la gallina, y hasta el comentario futbolístico de que hay que poner un poco más empezó a estar prohibido en sus charlas de café. Quienes lo conocen esperan que por el nombre del restaurante donde tuvo lugar el estallido ahora no les esquive el bulto a sus reflexiones sobre el "ser" y la nada. Sería una pena que un incidente como el ocurrido lo prive de análisis más trascendentes. Ahora busca una "casa nueva" donde ir a almorzar, y aseguran que a la sopa la ordenará sola.
| Un quincho que dio que hablar Al gobernador cordobés José Manuel De la Sota se lo notaba exultante en el acto de apertura de una escuela para chicos con capacidades diferentes de Arias. Es que su flamante melena fue el tema de comentarios por lo bajo en casi todos los concurrentes al acto. De notable semblante, el Gallego levantó más de un suspiro en la platea femenina pero sin lugar a dudas que lo que llamaba la atención de los cordobeses era la cantidad de pelo del hombre fuerte de la provincia mediterránea. Por lo bajo sus allegados confirmaron que parece más atractivo desde el implante capilar y a las pruebas se remiten. "La verdad es que el tipo parece estar más joven, más lindo y más simpático y así se lo hace saber la mayoría de las mujeres que se acercan a besarlo o saludarlo", confió un allegado, sin avergonzarse. Habrá que creer o reventar. | | | | "Esto de que tengamos la bandera más grande del mundo oscila entre lo patológico y lo ridículo" José Ignacio García Hamilton Historiador | Ver noticia | | |