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 sábado, 19 de junio de 2004

Ganadería. Qué le ven los nuevos inversores al negocio de la carne
Desembarcos en la industria frigorífica
Capitales que provienen de otras actividades comienzan a ingresar en el sector, alentados por la exportación

Marcos Cicchirillo / La Capital

A pesar de que través de sus granos y subproductos, Argentina es hoy uno de los principales proveedores mundiales de proteína para el ganado vacuno, su participación en el negocio internacional de la carne sigue muy por debajo de su potencial. Razones sanitarias, políticas y económicas confluyeron a desplazar al sector ganadero del primer plano de las exportaciones, las inversiones extra-sector y el dinamismo que otras actividades tuvieron en los últimos años.

El panorama, sin embargo, parece estar cambiando. Las últimas noticias sobre los arribos de Cargill, la cadena inglesa de supermercados Tesco y la aceitera Vicentín a la industria frigorífica vernácula parece poner en evidencia que la carne comienza a cotizar de otra manera en el mundo de los agronegocios.

Empresarios ganaderos, industriales y analistas coinciden en que la ampliación y reapertura de mercados, sumada a la aparición de BSE en Estados Unidos, abren un escenario promisorio para la exportación de carne argentina, siempre y cuando no se vuelva a incurrir en los pecados del pasado. Resaltan que el ingreso de jugadores internacionales de peso presionará para transparentar un mercado con antecedentes complicados.

También presionará para eliminar la dualidad de estándares de calidad entre mercado interno y externo. Una señal que el gobierno nacional apuró su anuncio el jueves pasado durante el Congreso Mundial de la Carne: en enero de 2005 se unificarán los criterios sanitarios.

La movida de nuevas inversiones en el sector se conocieron esta semana después de que se confirmara la oferta de Vicentín (empresa a la que muchos vinculan con el respaldo de la multinacional ADM) para quedarse con el frigorífico Friar, y el desembarco de un grupo inglés en el frigorífico de Hughes. Meses antes, Cargill había anticipado la tendencia con la compra del 50% de Finexcor.

La multinacional incursiona por primera vez en el segmento cárnico en el país, pero experiencia tiene: en Estados Unidos posee una unidad de negocios que procesa un nivel similar al total de la Argentina. Es más, la semana pasada informó importantes avances en genómica animal.

El presidente de Prinex y uno de los más grandes productores exportadores de Hilton, Carlos Odriozola, dijo que estas inversiones, que se suman a las que en los últimos tiempos anunciaron los "históricos" del sector, "marca una tendencia del interés de las firmas extranjeras de meterse en este negocio, algo que no pasaba desde hace muchos años".

¿Por qué si se viene una etapa de vacas gordas, históricos del sector se retiran? Entre los argumentos se encuentran que son firmas que, aunque lograron salir de profundas crisis financieras después de la devaluación, hoy tienen dificultades para acceder a fondos frescos, y a bajas tasas, para encarar los procesos de inversión necesarios para captar parte de lo que se viene. Y los que llegan tienen las espaldas muy anchas, lo que abriría aún más el juego de la oferta y la demanda para hacerse de ganado.

Las proyecciones son alentadoras:

Según diversas fuentes sectoriales, el mercado chileno levantaría la tranquera en el corto plazo, Estados Unidos haría lo propio en el 2006 (y pierde posiciones en el tablero mundial por la reaparición de casos de BSE en su rodeo) y China podría aparecer como fuerte demandante en el mercado. Además, el reconocimiento de la Argentina como país libre de BSE le permitiría acceder a las grandes ligas en materia de precios internacionales (de los 1.300 dólares a mercados que cotizan 4.000 dólares la tonelada).


La oferta
También se señala la existencia de un "efecto soja", la oleaginosa que arrinconó a las vacas pero que al mismo tiempo le dio liquidez a los productores y las empresas para pensar en diversificar inversiones.

Sin embargo, la ecuación consumo interno-externo menos faena arroja que en Argentina no sobra stock de ganado. "Hoy con 52 millones de cabezas, con una tasa de extracción estimada de 24-25%, un peso de faena promedio de 350-360 kilos (peso que año a año baja en lugar de aumentar) se producen no más de dos millones y medio de toneladas. Con un consumo interno estable (al alza)que difícilmente baje de los 60 kilos/per cápita, no quedan más de 300-350 toneladas para exportar", explicó Daniel Rearte, coordinador del programa de investigación de carne y leche del Inta.

Los analistas consultados estiman que en 2004 se exportarán alrededor de 350 mil toneladas que, sumado a la recomposición del consumo interno, presionarán a un alza del precio de la carne en los próximos meses. Una proyección con la que no todos acuerdan. Desde el sector señalan que la mejora irá a los productores pero no llegará a las góndolas.


Tranquera adentro
El presidente de Aprocaboa, Angel Girardi, consideró que será "una ventaja para los productores" la llegada de grandes jugadores, ya que como el interés de los nuevos inversores se centrará en el mercado externo "apuntarán a que se erradique definitivamente la aftosa de la Argentina", acotó.

Girardi estimó que "si se activa, como se prevé, la demanda externa, no vamos a poder cumplir", por eso bregó para que el país elabore una estrategia para incrementar la tasa de extracción y el aumento en el peso de faena. "Hoy es el más bajo de sudamérica, se dilapidan 130 kilos por animal", apunta.

Odriozola coincidió en que Argentina está "mal" en stock y en la necesidad de políticas proactivas para multiplicar la cantidad y el peso de ganado. Respecto a la alimentación, este productor que hoy vende en el Corte Inglés bajo la marca "Novillo Pampeano" y su empresa es un caso de estudio en Harvard, dijo que se será importante eficientizar la etapa de reproducir y la suplementación estratégica para la terminación de ganado.

De todas formas, Girardi remarcó la necesidad de no perder de vista la optimización del sistema pastoril de crianza de la ganadería local, dado que destacó el pago diferencial que ya se realizan en mercados como el europeo o el estadounidense por carnes "salvaje".

También en la revalorización mediante la resaltación de marcas en lugar de carnes "NN como hasta ahora", recordó como los brasileños colocan carne vacuna en Europa bajo "apellido" argentino. "Ellos reconocen lo importante de la calidad argentina, entonces venden en la Unión Europea con denominaciones como Pampa".

"Todavía queda mucho espacio para mejorar en productividad, esto incluye sanidad y alimentación", explicó el analista Carlos Kitroser. Consideró que "se ajustará la tecnología de pastoreo con suplementación estratégica", y que se viene una etapa "donde el productor deberá eficientizar su negocio".

Una tarea clave si se tiene en cuenta las fuertes restricciones ambientales que instauró Estados Unidos y las políticas de bienestar animal que entrarán a regir a comienzos de 2005 en el Viejo Continente.

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Las expectativas para la industria local son favorables.

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