Un vacío legal que permitió la proliferación de las torres

El vacío legal existente en Argentina para la regulación de la instalación de antenas permite a empresas privadas colocar torres en centros poblados, contra las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el peligro que esto apareja por la influencia de los campos electromagnéticos. Es que actualmente no existe una ley nacional que contemple las recomendaciones de la OMS y las empresas de telefonía se rigen sólo por los parámetros de una resolución del Ministerio de Salud de la Nación, que delega en los gobiernos municipales las normas para instalar estas estructuras.

A nivel nacional sólo existió un proyecto de ley en el año 2002 para regular la instalación de torres de telefonía móvil que proponía, entre otros requisitos, tener en cuenta la densidad poblacional, el impacto ambiental de la radiación electromagnética y la certificación de la Fuerza Aérea.

Pero la iniciativa nunca fue tratada en el recinto y finalmente perdió estado parlamentario.

Esta situación provoca que muchos municipios dicten sus propias reglas o normas para la instalación de estas estructuras, algunas sólo basadas en el cobro de un gravamen municipal a las empresas en forma independiente al lugar donde se las quiera colocar.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ya en 1999 puso en marcha el llamado "Proyecto Internacional CEM" que se propone evaluar los efectos biológicos y los posibles riesgos sanitarios que puede provocar la exposición a los campos electromagnéticos.

La OMS destacó que hasta ahora los estudios científicos "son contradictorios" respecto a la posibilidad de que los campos electromagnéticos incidan en la aparición de tumores cancerígenos. Sin embargo, aclaró que "todos los estudios señalan que todavía se requieren informes más completos para evaluar el posible riesgo de cáncer asociado a la exposición a bajos niveles de radiofrecuencias emitidas por antenas".

Ante estos resultados, la organización internacional recomienda a los gobiernos "adoptar medidas preventivas que ayuden a reducir la exposición de la gente a los campos electromagnéticos". Y, según detallan desde la OMS, estas medidas deberían "ser parte de una política adicional que estimule, en forma voluntaria, la reducción de los campos electromagnéticos por parte de los fabricantes de equipos".

Entre las medidas preventivas indicadas por la OMS figuran tanto las alturas como las potencias que deberían tener las antenas. Del mismo modo que recomiendan no instalar este tipo de torres en centros poblados, sino hacerlo en zonas alejadas.

Otro dato aportado por la Organización Mundial de la Salud es que la población "tiene derecho a estar informada sobre los posibles riesgos que estos campos electromagnéticos tienen en su salud".