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 sábado, 29 de mayo de 2004

Tapado. El eterno segundo de la dinastía había logrado levantar al grupo automotriz de la bancarrota
Murió Umberto Agnelli, titular de Fiat
Sucumbió a un cáncer linfático, a los 69 años. Era también presidente honorario de Juventus de Turín

El presidente de Fiat, Umberto Agnelli, nacido en Lausana (Suiza) el 1 de noviembre de 1934, murió ayer a la madrugada a los 69 años a causa de un cáncer linfático. En el momento del deceso, ocurrido en su casa de Madria, cerca de Turín (norte de Italia), el titular del grupo automovilístico italiano Fiat se encontraba acompañado de su esposa Allegra y de sus hijos Andrea y Anna. Agnelli había asumido en marzo de 2003 la dirección de la empresa automovilística.

Además, era presidente honorario del Juventus de Turín, y su muerte siembra ahora una clara incertidumbre en el futuro del club, que vio como en apenas año y medio ha perdido a sus dos grandes "patrones".

Con su hermano Giovanni (quien falleció el 24 de enero de 2003), Umberto compartía, además de la gran parte de las acciones de la Fábrica Italiana de Automóviles de Turín (Fiat), una gran pasión por Juventus, del que ambos en el momento de su respectiva muerte eran presidentes honorarios.

Pese a estar vinculado a Juventus (fundado en 1897) prácticamente desde el mismo momento en que pasó a ser propiedad de la familia Agnelli (1947), a Umberto se le relacionaba mucho menos con el club turinés, cuando en realidad el había accedido a la presidencia de la divisa cuando tenía 22 años.

Umberto Agnelli fue desde hace décadas el "brazo operativo" de Fiat, el hombre que introdujo los robots en sus factorías, que descentralizó la producción y trató de establecer un diálogo con los hostiles sindicatos italianos.

Aunque gran parte de la atención mediática de los últimos 50 años se centró en su hermano mayor Giovanni, fue Umberto quien en secreto tiraba de las riendas, convirtiendo a la fábrica de coches en un holding internacional. "Mientras que Gianni viajaba por el mundo reuniéndose con líderes mundiales y entablando relaciones internacionales, Umberto se quedaba en la fábrica", recuerda el profesor Valerio Castronovo, el biógrafo oficial de Fiat. "Giovanni se ocupaba de las relaciones externas de Fiat, pero Umberto era su brazo operativo", insiste Castronovo.

El autor del libro "Fiat: un siglo de historia italiana" está convencido de que Umberto nunca recibió todo el crédito que se merecía. "Umberto no era un playboy. Era tímido y le gustaba mantener un perfil bajo. En muchos sentidos, era lo contrario a Gianni. Pero siempre asumió tareas difíciles en momentos importantes de la historia de Fiat".

Umbergo Agnelli se unió a Fiat a comienzos de los años 60. Inmediatamente se puso manos a la obra para convertir a la estructura directiva en algo menos hierático y más flexible.

Mientras Gianni miraba a los Rockfeller y los Kennedy, Umberto veía a Estados Unidos como un modelo de descentralización. Mientras Gianni era pura diplomacia, Umberto nunca tuvo miedo de decir la pura verdad.

Como jefe del comité ejecutivo de Fiat, durante los 70 no sólo mecanizó la producción, sino que también reubicó las fábricas lejos de Turín, en un intento de ayudar al sur de italia de salir de su miseria. Era un hombre liberal y culto que buscó el diálogo con los sindicatos y que fue el primero en entender la importancia de modernizar la estructura de Fiat.

Tras ser marginado por los bancos de crédito durante los años 80, se concentró en Ifil, el holding de la familia, y demostró ser también un inversor muy hábil.

Es muy probable que cuando asumió como presidente de Fiat, poco después de la muerte de su hermano Gianni, ya supiera que estaba gravemente enfermo. Aun así, asumió las responsabilidades y fue él mismo quien seleccionó a Giuseppe Morchio, el ampliamente respetado CEO de Fiat.

Gran parte del mérito de que la compañía automovilística esté empezando a salir de su prolongada crisis financiera es de Umberto.

"Nació como el hijo menor, pero rápidamente conquistó la cúpula de la familia durante los últimos meses de su vida", afirma Castronovo.


La línea sucesoria
Mas tras su muerte queda en el aire la pregunta: ¿Qué va a ser de la empresa privada más grande de Italia? En teoría, John Philip Elkann, el nieto favorito de Gianni, de 28 años, es el siguiente en la línea sucesoria. Pero "Yaki", como le suelen llamar, está considerado demasiado joven como para asumir tantas responsabilidades. Una idea podría ser designar a Morchio presidente mientras Yaki madura.

Otra opción es volver a llamar al ayudante más cercano a Umberto, el ex CEO de Fiat Gabriele Galateri di Genloa, ahora presidente de Mediobanca, el principal banco inversor de Italia. El ex vicepresidente de Fiat, Franzo Grande Stevens, también es mencionado como una posibilidad.

Una tercera opción consiste en dejar que sean los bancos crediticios los que decidan el futuro de Fiat, incluida la posibilidad de vender la compañía a General Motors, que ya tiene una participación del 20 por ciento de la empresa italiana y tiene una opción de compra sobre la división automovilística de Fiat, en caso de que ésta se muestre de acuerdo.

Pese a todo, hay algo muy claro: a menos de que una de las tres hermanas de Umberto asuman la presidencia -una posibilidad más que remota- el nombre de Agnelli no volverá a ser asociado a Fiat. (DPA)

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Agnelli, el año pasado, en el sepelio de su hermano.

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