| domingo, 23 de mayo de 2004 | ¿Qué papel jugaron los servicios en las torturas? Jim Mannion Washington. - El escándalo de las torturas a prisioneros iraquíes sólo afectó hasta el momento a soldados rasos, a pesar de que las celdas de alta seguridad de la cárcel de Abu Ghraib -donde eran torturados los detenidos- estaban dirigidas por oficiales de los servicios de inteligencia estadounidenses. Siete soldados de la policía militar están inculpados y uno de ellos fue condenado el miércoles por una corte marcial, pero el papel que jugaron los servicios de inteligencia militar sigue siendo confuso. Por el momento sólo es objeto de una investigación confiada al general George Fay, jefe adjunto del estado mayor del ejército para asuntos de inteligencia.
Según las informaciones que se filtraron hasta ahora sobre estos hechos, los miembros de la policía militar acusados de haber torturado actuaban bajo los estímulos -los consejos e incluso las órdenes- de oficiales de inteligencia militar. "Sigue sin estar claro si había directivas que estipulaban que esos prisioneros debían ser tratados de forma diferente, que la Convención de Ginebra no debía aplicarse a todos porque técnicamente no eran prisioneros de guerra", declaró esta semana la senadora republicana Susan Collins. "Es una de las preguntas pendientes que deben ser respondidas", agregó la legisladora.
El oficial estadounidense de mayor graduación en Irak, el general Ricardo Sanchez, indicó el miércoles en el Congreso que a pesar de que la inteligencia militar tenía el "control" de la prisión de Abu Ghraib, no se dio ninguna orden para involucrar a los guardias de la policía militar en los interrogatorios. Explicó que en noviembre de 2003 puso a la prisión bajo el control de los servicios de inteligencia para mejorar la defensa del edificio, que en aquel entonces era blanco habitual de ataques. La policía militar -explicó en la comisión de Fuerzas Armadas del Senado- "dependía de los oficiales de los servicios de inteligencia para ese objetivo preciso de defensa" de la prisión.
Sin embargo, varios elementos concretos cuestionan a los agentes de inteligencia militar:
* Fotos que muestran a algunos de ellos en el momento en que se cometían las torturas.
* Declaraciones de soldados inculpados y de sus abogados en las que afirman que los jerarcas de los servicios de inteligencia los estimulaban a "ablandar" a los prisioneros antes de los interrogatorios.
* Las declaraciones de la general Janis Karpisnki, quien dijo que los servicios de inteligencia controlaban las instalaciones de la prisión donde se torturaba.
* El informe del general Antonio Taguba sobre esos abusos, en el que se cuestiona a dos oficiales de inteligencia militar y a dos civiles, "directa o indirectamente responsables de esos abusos cometidos en Abu Ghraib".
Un sargento de inteligencia militar que no asistió a las sesiones de tortura contó que los encargados de los interrogatorios le habían explicado que las humillaciones sexuales eran una técnica ordenada por inteligencia militar. "Es evidente que hay una voluntad de enterrar el asunto", agregó el sargento Samuel Provance.
Los abusos se cometieron entre octubre y diciembre de 2003, poco después de una visita a Irak del general Geoffrey Miller, encargado de dirigir el centro de detención de Guantánamo (Cuba), donde están detenidos presuntos miembros de Al Qaeda y talibanes.
El general Miller había ordenado que la policía militar quedará bajo las órdenes de inteligencia militar, y que se dedicara "a crear las condiciones para que los interrogatorios fueran exitosos", según el informe del general Taguba. Miller explicó el miércoles que, tras asumir entonces la responsabilidad sobre todas las prisiones en Irak, el sistema que puso en marcha sólo le dio un papel pasivo a los guardias militares. Explicó que sus recomendaciones se basaban "en la necesidad de respetar la Convención de Ginebra". (AFP) enviar nota por e-mail | | |