| domingo, 23 de mayo de 2004 | Pastas para el otoño ¿Quién no sucumbe a un buen plato de pastas en esos días tan destemplados? Pero usted, mi querida amiga, debe saber que cada pasta lleva una salsa determinada y no cualquiera. Unas frescas cintas al huevo quedarán perfectas con una salsa bien untuosa elaborada con manteca o crema de leche. Para que queden con un hermoso brillo, deberá agregarle un trocito de manteca antes de servirla.
Para las pastas finas como spaghettis, una salsa hecha en base a aceite que permite que se adhiera mejor, sería lo ideal. Las pastas cortas huecas y los ñoquis merecen una salsa espesa que quede retenida dentro de ella o sobre sus pliegues. Para las rellenas debemos tener en cuenta fundamentalmente el relleno, y combinar la salsa con éste. Si la elabora en base a tomates frescos, recuerde quitar la piel y las semillas, para evitar ese gustito amargo bastante desagradable. Para eso deberá hacer una pequeña cruz con un cuchillo sobre el extremo del tomate, y sumergirlo unos segundos en agua hirviendo.
Con mucho cuidado lo retira y fácilmente podrá quitar toda la piel. Luego partir y quitar las semillas. Cuando utilice puré de tomate envasado, para quitarle un poco la acidez y en lugar de agregar una cucharada de azúcar que puede modificar el sabor de la salsa, es preferible incorporar un chorrito de leche. enviar nota por e-mail | | |