| domingo, 23 de mayo de 2004 | Hubo regalos de todo tipo El gobierno argentino le envió a la pareja un juego de seis saleros y pimenteros de plata hecho por un orfebre Instituciones públicas, entidades privadas y hasta particulares anónimos enviaron obsequios a los futuros reyes de España. De todas partes del mundo llegaron regalos a palacio: obras de arte, joyas, productos de artesanía. ¡Y hasta dos burros! El regalo del presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y de su esposa Cristina Fernández a los futuros reyes de España es un juego de seis saleros y seis pimenteros, diseñados por el orfebre Marcelo Toledo.
La Comunidad de Madrid obsequió a Felipe y Letizia el cuadro "El número y las aguas XVII", obra realizada en 1995 por el pintor y escultor Pablo Palazuelo, galardonado recientemente con el Premio Velázquez de las artes plásticas. El Principado de Asturias les envió un tapiz elaborado por la artesana Pilar Quintana, que obtuvo la Medalla de Asturias en 2001. Por su parte, la primera dama de Honduras, la española Aguas Ocaña de Maduro, y el pintor hondureño Julio Visquerra, les regalaron la obra titulada "El Encuentro".
El presidente de la comunidad de Cantabria, Miguel Angel Revilla, presentó el regalo que su región dio a los futuros reyes: una campana de 800 kilos, pensada para adornar los jardines de la futura morada de Felipe y Letizia. Revilla dijo que la campana, de nombre "Virgen Bien Aparecida", es "una obra de arte que pervivirá en el tiempo".
El presidente de Chile, Ricardo Lagos, y su esposa Luisa Durán, optaron por un regalo original y solidario: la remodelación y equipamiento de una sala-cuna para hijos de madres adolescentes, en Conchalí, un barrio de la capital chilena. "Pensando en qué cosa se le puede regalar a un príncipe que se casa y es el futuro rey de España junto a doña Letizia, nos pareció que los regalos solidarios son lo mejor que uno puede hacer", explicó la primera dama.
Curiosidades Entre los regalos más curiosos que recibieron los futuros reyes está una trufa valorada en 4.500 euros que un frutero madrileño compró en una subasta durante una feria gastronómica. Bastante inusual fue también el obsequio de la Asociación para la Defensa del Borrico (Adebo), con sede en Rute, Andalucía: una pareja de burros, formada por Ruiseñor y Calandria, que en este caso tiene una particularidad: son hijos de las parejas de animales regalados a sus hermanas, las infantas Elena y Cristina por sus respectivas bodas. El regalo con más picardía llegó para la novia, desde una tienda de lencería de San Sebastián: una liga cosida con pedrería y elaborada a mano. enviar nota por e-mail | | |