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 sábado, 22 de mayo de 2004

Un tackle al Guinness. Miguel Mansilla tiene 46 años y juega en Old Resian
El rugbier más veterano del mundo juega en Rosario
El pilar derecho rompió el récord del neocelandés Jim Sullivan, quien jugó de 1921 a 1946 en Wigan U.K.

Pablo F. Mihal / Ovación

Miguel Gervasio Mansilla. Fecha de nacimiento: 4 de noviembre de 1957 en La Cesira, provincia de Córdoba. Su documento lo acusa y también lo llevó a ocupar un lugar en el libro Guinness de los récords ya que con 46 años se convirtió en el jugador de rugby de mayor edad en actividad actuando en primera división en el mundo.

Si bien aún resta que la gente del Guinness certifique la nueva marca, Miguel Mansilla, hoy pilar derecho de Old Resian la ostenta. Su predecesor es un neocelandés llamado Jim Sullivan, quien jugó 25 años (de 1921 a 1946), en Wigan U.K., generalmente como fullback con un total de 774 partidos. Con la misma edad al momento del récord, Mansilla suma, a los 46 años, 28 en primera división.

La historia de Miguel Mansilla con el rugby comenzó en Los Pampas de Rufino, cuando tenía casi trece años y comenzó a estudiar en la secundaria. Corría 1972.

-¿Por qué te acercaste al rugby?

-Fue el destino (risas). Cuando llegué al secundario tuve un profe, Heriberto Bossio, que odiaba cualquier deporte que no sea el rugby a tal punto que si aparecía alguien con alguna pelota de fútbol, se la rompía. Yo, en ese entonces jugaba al fútbol en el club Newbery de Rufino pero a partir de ahí me metí en el rugby y me empezó a gustar. Al poco tiempo que empecé, hicieron un encuentro con un equipo de la provincia de San Luis y fue cuando me terminé de enganchar.

-¿Y cómo llegaste a Rosario?

-Cuando terminé el secundario en Rufino me vine a Rosario a estudiar educación física. Uno de los profesores que tuve fue Edgardo Venturi, quien me contó que en Gimnasia y Esgrima había rugby. No lo dudé y fui. Creo que jugué tres o cuatro partidos en juveniles para GER hasta que tuve una diferencia con el entrenador (Bonaldi) y por ese año no jugué más. Rubén López (el papá del Chino, hoy técnico de Provincial) me llevó después a Mitre de Pérez y ahí jugué dos o tres años hasta que pasé a Duendes. Tuve como técnicos al Colorado Tanzi y al Chueco Aletta, que fue quien nos llevó a varios (Walter Gregor y Oscar Discaciatti entre otros) para el lado de Duendes.

-¿Cómo fue que pasaste a jugar de pilar siendo fullback?

-En Mitre yo jugaba de fullback, pero cuando llegué a Duendes, José Luis Imhoff me hizo jugar de pilar de un sábado para otro. Es más, me hizo debutar contra el SIC de un sábado para otro. El pensaba que tenía que trabajar para ser primera línea, que yo podía. Practiqué ese sábado y para mí fue espantoso formar contra una máquina. El martes volvimos a hacer lo mismo y a enfrentar pack contra pack lo que para mí seguía siendo durísimo. No tenía formación, me salieron ampollas en los hombros... no estaba acostumbrado. Y el jueves cuando dio el equipo estaba en la lista de los titulares como el pilar derecho para enfrentar al SIC (al que le ganamos 18-9). A partir de ahí ya nunca más jugué en otro puesto.

-¿Cómo sigue la historia?

-Jugué en Duendes hasta 1990 y en el 1991 pasé a Gimnasia y Esgrima, un club donde tenía muchos amigos. Por ese entonces yo vivía en Villa Constitución y como GER entrenaba en Pueblo Esther me quedaba más cómodo ir a las prácticas. Y fue el año en que salimos campeones. Con la camiseta azul y amarilla jugué hasta el 2002, cuando pasé a Old Resian, donde estoy ahora.

-¿En algún momento te pasó por la cabeza colgar los botines por alguna razón?

-Siempre lo dije, pero era mentira. Por miedo a no poder dar más en el rugby o que mi físico no aguantara, hace muchos años que vengo repitiendo que es el último aunque internamente yo sabía que no era cierto. En parte también lo decía para dejar un poco conformes a mis viejos. Al día de hoy, y como buena gente de campo, todavía me repite "¿cuándo vas a dejar de jugar a esa porquería?". Tampoco sabía que iba a conseguir todo esto (el récord), la idea era jugar y divertirme.

-¿Y todavía te divertís dentro de la cancha?

-Sí, y mucho. En mi puesto lo hago más que antes, por más que no tenga la movilidad que hoy requiere un pilar derecho. Pero me divierto mucho sobre todo en las formaciones fijas donde puedo emplear las cosas que fui adquiriendo con el tiempo.

-¿Qué diferencias notás del Miguel Mansilla que arrancó en Rufino al que hoy juega en Old Resian?

-Tuve varias etapas en el rugby. Primero la del conocimiento del deporte y la de adaptarme a un juego completamente nuevo para mí, a compartir otras vivencias. Después de esa etapa, una vez que tuve los conocimientos técnicos básicos, entré en otra en la que traté de superarme día a día. La tercera, para mí es la del disfrute, que llegó después de los 28 o 30 años. A partir de ahí es otra etapa distinta para el jugador.

-¿Se te dio por jugar en algún otro puesto?

-No. Pasar de fullback a pilar fue un cambio muy brusco y como tal sufrí mucho... más siendo pilar derecho, que es el que va adentro y es el que tiene que corregir el eje, el empuje. De arranque no me gustó, pero empecé a buscarle cosas positivas y a mejorar, y una vez que lo conseguí me dije "de acá no salgo más". Jugué un par de partidos en Gimnasia de hooker pero mi puesto es el de pilar derecho, me gusta jugar ahí.

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Con el correr de los años logró gran experiencia en formaciones fijas.

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