| miércoles, 19 de mayo de 2004 | Librados a su suerte Con 2.250 habitantes, la pequeña localidad de Diego de Alvear, en el extremo sur santafesino, no cuenta servicio de agua. La situación es más delicada porque las napas que usan los vecinos varían al ritmo de los problemas hídricos de la zona, que las exponen a contaminación bacterial a ras del suelo, así como nitratos y arsénicos. Si la laguna La Picasa baja, las napas también y eso tener suerte en este pueblo donde cada uno hace lo que puede frente a dos opciones: tomar agua de pozo o comprar agua mineral. "No tenemos nada hecho para solucionar el problema, esto es una orfandad total, acá pasan cosas que no se pueden creer", dijo el jefe comunal Oscar Belaustegui, recordando otros tiempos, cuando la calidad del acuífero era excelente. enviar nota por e-mail | | |