Se calcula que Rosario tiene unos cinco mil rodados afectados a la actividad

El municipio pone freno al caos de las motitos del servicio delivery

Crearán un registro de estos vehículos e intentarán ordenar su movimiento y condiciones técnicas

Pablo R. Procopio / La Capital

La Municipalidad busca poner freno al descontrol de los servicios de delivery. Y para eso creará un registro de motocicletas afectadas a las distribución de alimentos y cualquier otro tipo de mercadería con la intención de ordenar el movimiento de estos vehículos, sus condiciones técnicas y hasta la higiene de los productos que se trasladen. Según se estimó desde la cámara de empresas del rubro, en Rosario existen unos 5 mil rodados que se mueven en el ambiente de los traslados.

El intendente Miguel Lifschitz firmará hoy el decreto reglamentario y ahora se comenzará a exigir a las empresas y particulares que en un plazo de 30 días se inscriban para "tener un control de los rodados y las personas que los conducen", dijo a La Capital el subsecretario de Gobierno, Horacio Ghirardi.

En la ciudad existen 33 empresas habilitadas para realizar este servicio, además de "emprendedores que no están correctamente habilitados y de quienes trabajan en forma autónoma", sostuvo el funcionario. "Estamos tratando de que haya una corresponsabilidad de los comercios que prestan estos servicios en cuanto al control y las medidas de seguridad", agregó.

En efecto, la directora de Tránsito, Hebe Marcogliese, dijo que las empresas que contratan a los motociclistas "también deberán responder por las deficiencias de los vehículos". En ese sentido, expresó que será controlado el uso de elementos de seguridad e incluso los habitáculos donde se almacenan las mercaderías transportadas.

Será la Dirección General de Tránsito la que notifique de la creación del registro a todos los comercios que se encuentren habilitados bajo los rubros "cadetería y/o mensajería", a fin de que en el plazo de 30 días se presenten ante esa dependencia con el objeto de registrar los vehículos con los que prestan el servicio, además del personal de reparto, cadetes y choferes.

"Esta una de las actividades que más crecieron en los últimos años y una de las más precarias", admitió Ghirardi. Y no hace falta investigar demasiado para confirmarlo. Tránsito suele detectar que muchas de las motos utilizadas por el sector suelen no estar en regla: varias veces ni siquiera tienen seguro.

Los repartidores tienen un promedio de edad de 30 años (aunque los hay muy jóvenes) y en muchos casos se trata de su primera salida laboral. Hacen todo lo posible por llegar rapidísimo a destino, y sólo para ganar no más de 25 pesos diarios, en el caso de que lleven alimentos. En la calle, son blanco permanente de quejas. "Están locos. Andan sin luces, se te cruzan por la izquierda y por la derecha, pasan los semáforos en rojo, y ni hablar los días de lluvia", resumió el taxista José Vergara, quien convive con ellos todos los días en el mismo medio de trabajo: la calle.

Para Vergara, los motociclistas que trabajan en delivery "se juegan la vida; cuando ves una motito que tiene la cajita atrás tenés que estar atento sobre dónde se van a meter, relojeándolos para no comértelos".

Más aún, el taxista opinó que el rubro "tiene que estar regulado y se debe contemplar un sistema de seguridad".

Las empresas de cadetería toman, en general, a los cadetes en negro. Aparte, a muchos jóvenes no les alcanza la plata para pagar el monotributo y mucho menos para tener los papeles de su vehículo al día.

La actividad fue creciendo al compás de la crisis y en coincidencia con la escasez de salida laboral, al punto de que en los barrios hay menores de edad que hacen este servicio. "Un pibe de 16 años me trae pizza varias veces al mes", contó Susana desde la zona sur.

Según un relevamiento realizado por la Cámara Empresarial de Cadeterías de Rosario, habría en la ciudad unas 5 mil motos de delivery. Pero el pico del negocio "fue en 2001", dijo el presidente de la entidad, Roberto Massarelli. En los últimos tiempos, la oferta fue decreciendo motivada por la inseguridad. "Muy poca gente quiere hoy en día trabajar de noche y los repuestos se encarecieron; hay más demanda que ofrecimientos", manifestó el dirigente.

La intención de la Municipalidad es realizar también tareas educativas, para evitar mayores problemas. Por eso, se ofrecerán cursos de capacitación especial y educación vial, indicó Marcogliese, antes de remarcar que "todo se hará en forma paulatina".

Con los antecedentes recabados se formará un legajo, se hará la verificación de las condiciones técnicas, y en caso de corresponder, serán controladas la higiene y salubridad de la comida por parte del Instituto del Alimento municipal.

La Dirección General de Tránsito emitirá una credencial para cada cadete inscripto, que será de exhibición obligatoria ante el requerimiento de la autoridad competente, junto con su licencia de conductor de la clase que corresponda, certificación de servicios del comercio para el cual se desempeña y el resto de los documentos necesarios para la circulación.

Los cadetes son blancos de críticas permanentes.